El empresario ruso Víktor Bout, quien permaneció preso en EEUU casi 15 años acusado de tráfico de armas y fue canjeado el 8 de diciembre por la baloncestista estadounidense Brittney Griner, que cumplía en Rusia su condena por tráfico de drogas, reflexionó en su primera entrevista tras su liberación sobre la relación entre Rusia y EEUU.
«Occidente cree que no acabaron con nosotros en 1990, cuando la Unión Soviética empezó a desintegrarse. Y el hecho de que ahora estemos tratando de vivir simplemente sin ser ‘gobernados’ por nadie y no depender de nadie, de ser un poder verdaderamente independiente y desarrollarnos de la manera que elija nuestra gente, esto, por supuesto, es una noticia de gran impacto para ellos», comentó en una conversación con RT.
Pese a esta política antirrusa que lleva a cabo Estados Unidos, Víktor Bout aseguró que no sintió ningún tipo de rusofobia por parte de otros prisioneros o personal de la cárcel Marion, donde pasó los últimos años.
«Incluso casi todos mis vecinos prisioneros tenían cierta simpatía por Rusia. O, al menos, si no sabían nada, preguntaban sobre Rusia», compartió, y agregó que hoy se debe tener mucho cuidado a la hora de implementar la palabra «rusofobia», porque cada uno la puede interpretar a su manera.
El empresario también comentó la película hollywoodense Lord of War (El señor de la guerra), de 2005, que se inspira de una manera muy libre en algunas acciones que se le atribuyen. A su juicio, la cinta todavía podría haber sido mejorada e, incluso, él podría haber hecho un guion «más interesante».
Al preguntarle si no le duele el hecho de encontrarse en una situación de pelea geopolítica entre dos potencias, y la cual le quitó 14 años de su libertad, afirmó que, duela o no duela, tiene que seguir.
«Si observamos toda la historia de nuestro Estado, probablemente hubo miles, miles y miles de casos de este tipo. Por lo tanto, solo se necesita apretar los dientes con odio y lograr su objetivo», explicó.
En este contexto, desmintió la versión de los medios occidentales sobre su gran importancia para el Gobierno ruso e, incluso, personalmente para el presidente Vladímir Putin. «No creo que yo sea de alguna manera importante para la política rusa», comentó.
A su vez, criticó la postura del exasesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Bolton, quien criticó la Administración Biden por el canje, que tachó de «rendición» por parte del presidente actual.
«Yo no sacaría tales conclusiones. Me van a perdonar, pero la política estadounidense siempre tiene ese carácter de nivel infantil de pandilla de barrio, si eres débil o no», dijo.
Según su opinión, las autoridades rusas ni siquiera piensan en esos términos, si uno es débil o fuerte.
«El poder real nunca necesita ningún tipo de manifestación a un nivel tan, disculpen, bajo. Para mostrar que este canje es débil o que es fuerte. Pienso que, desde que se produjo el trato, significa que se encontraron algunos puntos de contacto que podían satisfacer a las dos partes. De lo contrario, este acuerdo no habría sucedido», sentenció.
Quién es Víktor Bout
Bout nació en 1967 y cumplió funciones en el Ejército de la hoy disuelta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). Además, estudió en su Instituto Militar de Lenguas Extranjeras, con enfoque en portugués. Así, fungió como intérprete en Mozambique y Angola, de habla portuguesa, en el marco de una misión de paz de la ONU.
Después de dejar el instituto con el rango de teniente, se convirtió en traductor en el centro para la organización del transporte aéreo de la Unión de Cooperativas Unidas de la URSS. En 1991 ya comenzó su propio negocio en la misma área y en 1992 partió para Sudáfrica, donde se dedicó a la organización del transporte aéreo. En 1995 se mudó a Bélgica; luego, en 1998, a los Emiratos Árabes Unidos. En este lapso fue dueño de varias aerolíneas.
En 2002, la ONU impuso la prohibición del movimiento de Víktor Bout, y en 2005, junto con Estados Unidos, exigió congelar las cuentas del empresario ruso y de todas las empresas y personas asociadas con él. Para aquel entonces, el nombre de Víktor ya aparecía en los informes del Consejo de Seguridad de la ONU y del Departamento de Estado de EEUU, donde figuraba como proveedor de armas y municiones para eludir las sanciones de la ONU. Sin embargo, según Bout y su familia, para 2002 ya no quedaba prácticamente nada de su negocio, el empresario vivía en Rusia y no manejaba asuntos internacionales desde 2001.
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