El Corán, biblia sagrada de los musulmanes.

El Corán considera la homosexualidad como un crimen

El Mundial de Qatar ha vuelto a poner el foco sobre uno de los temas más polémicos que rodean a este y otros países islámicos: la represión contra las personas de la comunidad LGBT+.

En Qatar, por ejemplo, mantener relaciones sexuales con personas del mismo sexo puede acarrear una pena de hasta 7 años de cárcel. Y no es el país más duro.

Irán, Arabia Saudita, Sudán o Yemen -entre otros países islámicos- contemplan la pena de muerte como castigo a estos actos.

Se puede afirmar que la represión contra gays y lesbianas es hoy mayor en el mundo islámico que en sociedades de tradición cristiana, budista, hinduista, confuciana o judía.

Sus líderes espirituales, desde los ayatolás iraníes hasta el Gran Muftí saudita, consideran la homosexualidad un crimen que contraviene las normas del islam y debe ser castigado con dureza.

Primero hay que aclarar que «el Corán no es un libro de leyes taxativo, sino un conjunto de textos que se presta a la interpretación», le explica a BBC Mundo la española Susana Mangana, directora de la cátedra de Islam y mundo árabe de la Universidad Católica del Uruguay.

De hecho, en el libro sagrado de los musulmanes solo encontramos referencias claras a las relaciones entre personas del mismo sexo en un episodio específico.

Se trata de la destrucción de Sodoma y Gomorra, un relato similar al que narra el Antiguo Testamento de la Biblia.

Cuando el profeta Lot recibe a dos mensajeros enviados por Alá, los sodomitas le solicitan tener sexo con ellos. Él les responde:

«¿Cometéis una atrocidad que ninguna criatura ha cometido antes? Ciertamente, por concupiscencia, os llegáis a los hombres en lugar de llegaros a las mujeres. ¡Sí, sois un pueblo inmoderado!».

De este capítulo protagonizado por Lot nació el término luti, con el que se denomina en árabe a los homosexuales.

Pese a esto y a otras alusiones en el mismo episodio, el Corán «es ambiguo, no habla directamente de la homosexualidad ni del castigo que deben sufrir los homosexuales», según Mangana.

«Si el tema de la homosexualidad hubiera sido claramente atajado por el Corán no existiría debate, porque si está en el Corán no se puede negar. Un musulmán no puede ir en contra del propio libro sagrado», sentencia la académica española.

En todo caso el Corán, que para los creyentes contiene el mensaje divino de Alá, es la principal fuente del islam, pero no la única.

También está la sunna, que es un conjunto de textos o hadices, como se denominan los dichos o hechos de Mahoma de transmisión tradicional, así como el iymá (consenso de la comunidad) y el qiyas (interpretación analógica de las enseñanzas sagradas).

De todas ellas se deriva el fiqh, que es la jurisprudencia creada a partir de las dos primeras fuentes al aplicar la ley islámica o sharía.

La sunna

«En la sunna, la segunda fuente de la legislación islámica, la homosexualidad se compara al adulterio. Es un crimen que se llama hadd y se le suele atribuir un castigo de muerte, en el más grave de los casos, o fustigación», indica a BBC Mundo el escritor e historiador italiano Gerardo Ferrara, uno de los mayores expertos europeos en Medio Oriente y el islam.

El Motín

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