Warren Jeffs lideró un culto mormón en el que la norma era la poligamia y en el que se producían abusos y violaciones, muchas de ellas contra menores de edad.

Líder de culto polígamo tenía 25 esposas menores de edad

Warren Jeffs era el líder de la Iglesia Fundamentalista de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, un culto derivado de la iglesia mormona con sede en Utah. El hombre que se hacía llamar profeta, que les hacía creer a sus fieles que transmitía la palabra de Dios es un peligroso delincuente sexual condenado a prisión perpetua por violar a niñas y adolescentes y por facilitar decenas de abusos sexuales.

Un hombre delgado, de mirada hueca, con la piel traslúcida pegada a los pómulos. Se lo podría confundir con un empleado bancario, con un escribano, con un burócrata gris. Pero él se hacía llamar profeta. Era el líder de la Iglesia Fundamentalista de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (IFSUD), un culto derivado de la iglesia mormona con sede en Utah. Dominaba la vida de decenas de miles de fieles. Decidía casamientos, podía quitarle la esposa y los hijos a un hombre y asignárselos a otros. Manejaba su comunidad mormona con mano dura. También manejaba millones de dólares. Tomaba como esposa a cada mujer, sin importarle la edad, que le gustara. Llegó a tener 78 esposas, 25 de ellas menores de edad.

También llegó a ser uno de los 10 hombres más buscados por el FBI. Compartía la lista con Osama Bin Laden.

Warren Jeffs, el hombre que se hacía llamar profeta, que les hacía creer a sus fieles que transmitía la palabra de Dios, es un peligroso delincuente sexual condenado a prisión perpetua por violar a niñas y adolescentes y por facilitar decenas de abusos sexuales.

La IFSUD surgió a fines del Siglo XIX a raíz de un cisma en la iglesia mormona. La principal diferencia no fue de dogma. La principal causa de la separación fue que los miembros de la IFSUD no aceptaron el fin de la poligamia. Cada hombre podía tener muchas esposas, al menos tres. Y el profeta cuántas quisiera.

Sus miembros se mantuvieron aislados del resto de la sociedad, de sus avances tecnológicos, del relajamiento paulatino de las costumbres. Regidos por los mandatos del líder máximo, el profeta, porque su palabra era infalible, Dios hablaba a través suyo.

Las mujeres son relegadas. Deben ser sumisas y aceptar su destino. No se les permite elegir una vocación, ejercer un oficio o una profesión, ni siquiera pueden aspirar a la curiosidad. Su misión es procrear y satisfacer a su marido. Ir, a la edad que sea (aún antes de convertirse en mujeres), con quien el profeta indique. La poligamia como una herramienta de dominación.

Sin contacto con el exterior, en un aislamiento casi perfecto, detenida en el tiempo, la sociedad de la IFSUD tiene dos guías: el temor a la divinidad y la palabra irrefutable del profeta.

Una sociedad cerrada, injusta, distópica.

Rulon Jeffs fue el padre de Warren. Tuvo otros 61 hijos. Rulon fue el Profeta hasta su muerte en 2002

Rulon Jeffs, padre de Warren, fue ungido profeta en 1986. Construyó su poder con buenos modales y un hablar suave. Cada frase salida de su boca parecía una plegaria, como si en ningún momento dejara de predicar. El lema que dirigía a su comunidad, el mandato que bajaba, era Keep SweetLes pedía que actuaran con suavidad, gentilmente, reclamaba docilidad.

Lo suyo no eran sólo modos amables. Llegó a acumular 80 esposas y tuvo 62 hijos. También forjó una gran fortuna y le proporcionó a su iglesia, a través de promover enormes donaciones y arriesgadas inversiones, una fortuna.

Desde muy chico Warren se dio cuenta que se tenía que hacer notar, de alguna manera destacarse del resto, sobresalir y diferenciarse de sus 61 hermanos. Lo logró. Muy pronto se convirtió en el favorito de su padre. Saliendo de la adolescencia, Jeffs empezó a aparecer muy cerca de su padre, en cada una de sus apariciones. Cuando a fines de los noventa Rulon tuvo un ACV, Jeffs se convirtió en su reemplazo natural.

Se puso al mando y continuó usando los modos suaves del padre aunque endureció algunas reglas de conducta. Todo cambió cuando en 2002 murió Rulon tras una larga agonía y su hijo Jeffs pasó a ser su sucesor, el líder máximo de la iglesia, el profeta. A partir de ese momento, además de ejercer la jefatura adquirió status divino (al menos para sus seguidores). Parece un típico caso de sucesión obvia y pacífica, un nepotismo suave e inevitable, pero lo de Jeffs tiene su mérito. Logró imponerse a otros 61 hermanos.

Su primera medida fue alejar a todos los hombres que acechaban a la veintena de esposas del padre que subsistían. Descartó a dos mujeres muy mayores y al resto las convirtió en sus esposas. A partir de ese momento comenzó a alimentar su harén con desenfreno. Muchas de sus nuevas esposas eran niñas.

Warren Jeffs, el hombre que se hacía llamar profeta, que les hacía creer a sus fieles que transmitía la palabra de Dios, es un peligroso delincuente sexual condenado a prisión perpetua por violar a niñas y adolescentes y por facilitar decenas de abusos sexuales.

El Motín

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