El MotínPor Leonel Concha Junior
SANTO DOMINGO.-Consumado y versátil en los temas poéticos que escoge. En su producción resalta la calidad, belleza y penetración sicológica. Nos referimos al vate dominicano y profesor Roberto Medina, quizás uno de los últimos poetas románticos de estos tiempos.
El centro y razón de ser de su inspiración a la hora de componer tienen un origen romántico y social, pero esencialmente se motivan en la mujer y las circunstancias dramáticas que la rodean.
De su fértil pluma y sensibilidad han surgido poemas como: “Tiene todos los colores, mujer”, “Algunos amores”, “Alguien viene”, “Cuando a otra abrazo”, “Detrás de mí” y “Dueña del espejo eres tú”.
Otros poemas de su autoría son: “Espérame sentada”, “Tú amor es”, “Tú ausencia”, “Tengo una estrella” y “Quiero tener una estrella”.
Este creador artístico nació y se crío en uno de los sectores más emblemáticos y de mayor historia del casco urbano del Distrito Nacional de Santo Domingo, el populoso sector de Villa Juana.
Su vocación poética romántica se expresó desde muy temprana edad. Escribió sus primeros versos a los diez años. Sus ocurrencias y prematuro talento eran celebrados por sus conocidos, allegados y vecinos.
Entre sus rasgos personales se destaca como un estudioso de la pedagogía, lector voraz, escudriñador y siempre al tanto de los fenómenos de la actualidad.
Mientras toma un respiro del trabajo, o en su casa, saca tiempo para deleitarse escribiendo poesía con el fin de dejar sus escritos a la posteridad.
Ejerció como educador desde los veinte años. En su sacerdocio de décadas como profesor de escuelas, colegios y liceos impartió docencia en el Colegio María Inmaculada, Colegio San Juan, Centro de Estudios Espaillat y el liceo Fidel Ferrer.
Fue profesor de las materias Lengua Española, Literatura y Algebra. Su máxima aspiración como docente era “seguir forjando jóvenes para el futuro”, algo que considera alcanzó en las aulas.
En cuanto a sus ideales políticos, siempre se propuso aportar para lograr la emancipación y liberación del pueblo dominicano, tal como lo soñaron los Padres de la Patria.
En Medina se conjugan el cantor del amor y la ternura, pero también el poeta social de la lucha permanente por una sociedad más democrática, justa y libre.
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