POR ALBERTO QUEZADA
El acontecer político-electoral agitado, ligado a los efectos sociales, económicos y sanitarios producidos por Covid-19, están configurando un panorama que si no se maneja con pie de plomo y cabeza fría podría generar algunos efectos devastadores sobre la sociedad dominicana.
Lo que se proyecta en el horizonte nacional para los próximos días, nadie, absolutamente nadie, está en capacidad de predecirlo, adivinarlo, visualizarlo.
Ahora bien, de lo que sí se puede estar seguro es que lo que se avecina no serán momentos muy agradables y placenteros para los ciudadanos y ciudadanas de esta media isla caribeña.
Y porque digo esto, bueno por lo siguiente, primero la economía dominicana ha sufrido un ¨ frenazo¨ que ya en pocos días los sectores productivos nacionales, tanto del ámbito público y privado, han comenzado a gritar sus pérdidas.
Segundo, los segmentos sociales que viven del día a día, que se desenvuelven dentro de una economía informal que se estima en un 58.7%, de acuerdo con datos de la Encuesta Nacional Continua de Fuerza de Trabajo (ENCFT), está desesperada por las deudas y la poca actividad. Más de 655,000 trabajadores, cerca del 28% de los empleados formales de República Dominicana, han sido suspendidos temporalmente desde mediados de marzo a raíz de la situación generada por la pandemia del coronavirus.
Tercero, una pandemia que no da tregua, que cada día las cifras de muertes e infectados por el Covid-19 parecen no detenerse y una sociedad que, al parecer, le da lo mismo morir que vivir.
Cuarto, un entorno internacional adverso, en dónde las remesas, el turismo, importaciones y la inversión extrajeran, han sido golpeada de manera muy sensible y estremecedora.
Quinto, asistiremos a la celebración de unas elecciones presidenciales y congresuales más reñidas y polarizadas llenas de incertidumbres y malos presagios, lo que al parecer, no augura un final feliz.
Y sexto, hay tres fuerzas políticas nacionales en competencia, el Partido Revolucionario Moderno (PRM), Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y la Fuerza del Pueblo (FP); que cada una por su lado dice estar ganada. Que Dios nos ilumine.
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