Excusas para el amor

Cualquier excusa es buena para verte,

para saber de ti,

para decirte: “Hola, ¿cómo estás?”

Y abrazarte,

y besarte aunque sea en la mejilla,

y tomar tu mano caliente como pan sacado del horno

y entrelazar tus dedos con los míos

y mirarnos a los ojos escondiendo mil secretos

de pasión y lujurias desenfrenadas.

Amor,

cualquier excusa es buena para

decirte que te sigo amando,

que sigo deseándote como la noche

que amaneciste entre mis brazos,

acurrucada como un caracol en invierno

buscando calor.

Las excusas siempre han sido buenas para nosotros.

Han servido para juntarnos sin enfado,

tomar un café caliente una mañana fría,

almorzar sin hambre,

cenar sin antojos.

Y mirarme en tus ojos claros,

y verte sonreír con ganas taciturnas,

para decirte sin palabras: ¡Te amo!

Y luego decirte adiós,

con deseos de volverte a verte algún día

inventando alguna ingenua excusa.

 

 

 

Juan TH

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