Tras 54 años, EEUU y Cuba restablecen relaciones diplomáticas

Estados Unidos y Cuba anunciaron este miércoles el restablecimiento de las relaciones diplomáticas bilaterales, resultado de unas negociaciones de dos años entre ambas naciones, cuyos vínculos estuvieron rotos desde 1961.

Jeffrey DeLaurentis, jefe de la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana entregó al Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba una carta del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, para su homólogo cubano, Raúl Castro, acerca del restablecimiento de los nexos diplomáticos.

La carta enviada por Obama a Castro «confirma la decisión de restablecer las relaciones diplomáticas entre los dos países y abrir misiones diplomáticas permanentes en las respectivas capitales, a partir del 20 de julio de 2015», dijo el sitio web del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba.

Más tarde, Obama dejó claro que todo había vuelto a la normalidad, al afirmar: “No tenemos que sentirnos encarcelados por el pasado”, dijo Barack Obama en su intervención desde la Casa Blanca, en la cualindicó que “hoy Estados Unidos ha decidido formalmente el inicio de las relaciones diplomáticas con Cuba”.

Tras 18 meses de negociaciones secretas apoyadas por la mediación del Papa Francisco y el Gobierno de Canadá, los dos líderes anunciaron simultáneamente y por separado en diciembre de 2014 que planeaban reabrir las embajadas en sus respectivas capitales y normalizar las relaciones.

El secretario de Estado estadounidense, John Kerry, viajaría a La Habana a finales de este mes a una ceremonia de izamiento de bandera para reabrir la embajada estadounidense en la capital cubana.

La actual Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana, fundada en 1977, se convertirá en embajada. Igualmente sucederá con la misión diplomática de Cuba en Washington.

El acuerdo anunciado en diciembre pasado también incluyó un intercambio de prisioneros e intentó dejar de lado los 56 años de hostilidades desde que el ex presidente Fidel Castro, encabezando a un grupo de rebeldes, derrocó el 1 de enero de 1959 al gobierno de Fulgencio Batista, respaldado en ese entonces por Estados Unidos.

Dos años más tarde, el presidente estadounidense, Dwight Eisenhower, cerró la embajada de Estados Unidos en La Habana el 3 de enero de 1961, casi tres semanas antes de la fecha en que el mandatario electo John F. Kennedy tenía previsto tomar posesión del cargo.

En medio de fuertes tensiones, en abril de 1961, Kennedy dio luz verde a una invasión militar contra Cuba, organizada por Estados Unidos y con participación de exiliados cubanos. El ataque por la Bahía de Cochinos, en la región occidental de la isla, fracasó y reforzó la posición de Fidel Castro en su país y en el extranjero.

En octubre de 1962, Washington y Moscú estuvieron al borde de una guerra nuclear debido a una serie de misiles soviéticos que habían sido instalados en Cuba.

Las relaciones entre Cuba y Estados Unidos se comenzaron a tensar en los primeros años de la revolución de 1959, liderada por Fidel Castro, un fuerte crítico de Washington que permaneció en el poder hasta el 2008, cuando fue reemplazado por su hermano menor Raúl.

Con las relaciones diplomáticas restauradas, Estados Unidos y Cuba enfrentaría luego el reto más difícil: la normalización de los nexos en general.

Los principales obstáculos para avanzar hacia la normalización incluyen el embargo económico de Estados Unidos a la isla caribeña y la devolución de la base naval estadounidense en la Bahía de Guantánamo, en el extremo más oriental de la isla, que Washington ha rentado desde 1903.

Cuba quiere los 116 kilómetros cuadrados de la bahía le sean devueltos a su territorio nacional.

Obama, un demócrata ha instado al Congreso de Estados Unidos, controlado por los republicanos, terminar con los 53 años del embargo económico y comercial contra Cuba, pero el liderazgo conservador ha rechazado sus intentos.

«Llevamos 56 años en esta situación y creo que esto (las relaciones) va a beneficiar al país en ciertas cosas y creo que nos beneficia a aquellos que queremos ver a nuestras familias, a nuestros hijos que están allá (Estados Unidos)», dijo Jesús Hernández, un cubano que hacía fila en la mañana para solicitar una visa para viajar a Miami.

Declaración del Gobierno Revolucionario

Restablecidos los vínculos diplomáticos con Estados Unidos, será imprescindible el levantamiento del bloqueo, entre otros aspectos, para la normalización de las relaciones.

El 1 de julio de 2015, el presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de la República de Cuba, General de Ejército Raúl Castro Ruz y el presidente de los Estados Unidos de América, Barack Obama intercambiaron cartas mediante las cuales confirmaron la decisión de restablecer relaciones diplomáticas entre los dos países y abrir misiones diplomáticas permanentes en las respectivas capitales, a partir del 20 de julio de 2015.

Ese mismo día, se realizará la ceremonia oficial de apertura de la Embajada de Cuba en Washington, en presencia de una delegación cubana presidida por el ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez Parrilla e integrada por destacados representantes de la sociedad cubana.

Al formalizar este paso, Cuba y los Estados Unidos ratificaron la intención de desarrollar relaciones respetuosas y de cooperación entre ambos pueblos y gobiernos, basadas en los principios y propósitos consagrados en la Carta de las Naciones Unidas y el Derecho Internacional, en particular, las Convenciones de Viena sobre Relaciones Diplomáticas y Consulares.

El Gobierno de Cuba ha tomado la decisión de restablecer las relaciones diplomáticas con los Estados Unidos en pleno ejercicio de su soberanía, invariablemente comprometido con sus ideales de independencia y justicia social, y de solidaridad con las causas justas del mundo, y en reafirmación de cada uno de los principios por los que nuestro pueblo ha derramado su sangre y corrido todos los riesgos, encabezado por el Líder histórico de la Revolución Fidel Castro Ruz.

Con el restablecimiento de las relaciones diplomáticas y la apertura de embajadas, concluye la primera etapa de lo que será un largo y complejo proceso hacia la normalización de los vínculos bilaterales, como parte del cual habrá que solucionar un grupo de asuntos derivados de políticas del pasado, aún vigentes, que afectan al pueblo y a la nación cubana.

No podrá haber relaciones normales entre Cuba y los Estados Unidos mientras se mantenga el bloqueo económico, comercial y financiero que se aplica con todo rigor, provoca daños y carencias al pueblo cubano, es el obstáculo principal al desarrollo de nuestra economía, constituye una violación del Derecho Internacional y afecta los intereses de todos los países, incluyendo los de los Estados Unidos.

Para alcanzar la normalización será indispensable también que se devuelva el territorio ilegalmente ocupado por la Base Naval en Guantánamo, cesen las transmisiones radiales y televisivas hacia Cuba que son violatorias de las normas internacionales y lesivas a nuestra soberanía, se eliminen los programas dirigidos a promover la subversión y la desestabilización internas, y se compense al pueblo cubano por los daños humanos y económicos provocados por las políticas de los Estados Unidos.

Al recordar los temas pendientes de solución entre los dos países, el gobierno cubano reconoce las decisiones adoptadas hasta el momento por el presidente Obama, de excluir a Cuba de la lista de Estados patrocinadores del terrorismo internacional, de instar al Congreso de su país a levantar el bloqueo y de comenzar a adoptar medidas para modificar la aplicación de aspectos de esta política en uso de sus prerrogativas ejecutivas.

Como parte del proceso hacia la normalización de las relaciones, a su vez, habrá que construir las bases de unos vínculos que no han existido entre nuestros países en toda su historia, en particular, desde la intervención militar de los Estados Unidos, hace 117 años, en la guerra de independencia que Cuba libró por cerca de tres décadas contra el colonialismo español.

Estas relaciones deberán cimentarse en el respeto absoluto a nuestra independencia y soberanía; el derecho inalienable de todo Estado a elegir el sistema político, económico, social y cultural, sin injerencia de ninguna forma; y la igualdad soberana y la reciprocidad, que constituyen principios irrenunciables del Derecho Internacional.

El Gobierno de Cuba reitera la disposición a mantener un diálogo respetuoso con el Gobierno de los Estados Unidos y a desarrollar relaciones de convivencia civilizada, basadas en el respeto a las diferencias entre ambos gobiernos y en la cooperación en temas de beneficio mutuo.

Cuba continuará enfrascada en el proceso de actualización de su modelo económico y social, para construir un socialismo próspero y sostenible, avanzar en el desarrollo del país y consolidar los logros de la Revolución.

La Habana, 1 de julio de 2015

Redacción

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