El presidente venezolano Nicolás Maduro subió el salario mínimo y entregó cientos de casas gratuitas ayer en un intento por contrarrestar un movimiento de protestas que cobra fuerza y exige su destitución.
En su programa televisivo de todos los domingos, Maduro anunció que ha dispuesto un aumento de 60% al salario mínimo a partir de hoy en el país. El incremento es el tercero que el gobernante socialista ha ordenado este año y el 15to desde que asumió la presidencia en 2013.
Se trata de un pequeño respiro para los trabajadores, cuyo poder adquisitivo se ha visto erosionado por la devaluación y la inflación más alta del mundo, que alcanzará 2,000% el año entrante, según el Fondo Monetario Internacional.
Tras el nuevo incremento y subsidios obligatorios a los alimentos, el salario mínimo que ganan millones de venezolanos será ahora de 200,000 bolívares al mes, o menos de 50 dólares al tipo de cambio ampliamente utilizado en el mercado negro. “Nosotros estamos aquí para cuidar a los trabajadores, nosotros estamos aquí para cuidar a los humildes y no cuidar privilegios de las oligarquías”, señaló Maduro.
Además del aumento salarial, el mandatario dio a conocer un bono especial de “guerra económica” para los jubilados a fin de compensar lo que describió como los intentos de la oposición para sabotear la economía.
Maduro también atestiguó cuando funcionarios en diversos estados entregaron las llaves de centenares de nuevos apartamentos, algunos construidos con financiación china, lo que elevó a 1.6 millones el número de unidades de vivienda pública construidas bajo un programa que inició el ahora fallecido presidente Hugo Chávez. Ambos anuncios antecedieron a las marchas rivales que simpatizantes del gobierno y opositores a Maduro efectuarán hoy.
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