Franco De Vita: «Libre fue pensado para Venezuela»

Franco De Vita mantiene una sonrisa amable y entre sorbos de té y agua recarga energías. Casi treinta entrevistas había dado aquel primer día de promoción en la ciudad de Bogotá, a propósito del lanzamiento de Libre (Sony Music, 2016), su más reciente álbum de estudio. El primero en ocho años. En dos días terminaría haciendo casi cuarenta entrevistas entre radio, televisión y prensa escrita. La prensa colombiana le llama «Maestro», una distinción que recibe con humildad, retribuyendo el gesto con ejemplar simpatía.

Tiene una eximia habilidad ante los medios, presta atención a cada pregunta que se le hace y no se incomoda ante comentarios que podrían resultarle molestos. Eso sí, pocas veces se quita los anteojos negros que le acompañan. Viaja con unas treinta personas, entre músicos, técnicos y su personal de confianza, y se comunica con todos.

Revisa los planes, la agenda, quizá los recibe con cierta inquietud, pero no le preocupa la cantidad de entrevistas o de shows que tendrá por delante. Solo una cosa exige el cantante: tiene que viajar de noche, es la única forma de descansar, y prefiere el asiento ubicado en la ventana. Su foco de atención, por estos días, es la promoción de su álbum y del Libre Tour 2017, gira mundial que arrancó el 4 de febrero en Argentina y que lo hará rodar por tres continentes.

Estas presentaciones, donde aglutinará tres décadas de trayectoria musical, terminarán sumando unos setenta shows en Canadá, México, Guatemala, Costa Rica, Panamá, El Salvador, Nicaragua, Honduras, Puerto Rico, República Dominicana, Curazao, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Uruguay, Paraguay, Chile, Argentina, Italia, España, Inglaterra y doce ciudades de Estados Unidos. Por lo menos unos 20 músicos le acompañarán en escena, además de los invitados especiales que siempre son parte de las sorpresas durante sus conciertos.

Réquiem por la Libertad

Desde que lanzó Simplemente la verdad (Sony Music, 2008), Franco editó discos en vivo y recopilatorios, revisitando una y otra vez su catálogo. Así pasó ocho años hasta que el proceso de conectarse de nuevo con el estudio, la composición, de hurgar en la musa -«sobre todo con las letras», confiesa- lo llevó a gestar un nuevo álbum. Ya era hora. «Tuve una gran motivación. Conocí a una persona que me demostró que era un gran productor, un buen ingeniero. Le pedí cosas inmediatas, con una velocidad tremenda. Así que empezó a fluir y la verdad es que me encuentro, de repente, con un disco sin tener realmente el tiempo, porque normalmente tardo mucho para hacerlo. Pero ya era el momento de tenerlo y ocurrió».

Libre es el onceavo disco de estudio que publica Franco De Vita en sus ya casi 35 años de carrera como solista. Es un álbum que explora lo orgánico, que destaca sus tintes de rock y funk, sin que el pop ni la balada estén relegados. Incluso relata que un tema como Un año y algo más fue inspirado por Erned It de The Weeknd. «Surgió de la película 50 Sombras de Grey. Salí traumatizado con la banda sonora de esa película. Me trastornó ese tema, es de los mejores que escuché en mi vida y salí pensando que tenía que hacer algo que tuviese que ver con eso. A la semana estaba en el hotel, en México, y empecé a jugar con eso».

Da la impresión de que es un disco mucho más musical…

«Bueno, sí. Para mí también hay letras importantes, que hablan un poco de todo: las divertidas, las que te hacen reflexionar, pensar, las de amor y las de desamor. Es lo que yo paso en la vida, diferentes estados de ánimo que están ahí. Musicalmente es un disco comprometido y bastante libre».

Es muy orgánico y hasta rockero, ¿así lo pensó?

«Funk, soul, blues, hay techno. Hay canciones que cuando fui a hacerlas con la banda, decía: ‘no la puedo cambiar’, me quedo con los sonidos (preproducidos). Es más, la mayoría de las cuerdas que grabé haciendo la preproducción se quedaron ahí, no pude sustituirlas, igual arreglos de metales que hice en el estudio, los transcribí y se grabaron igual. Es uno de los discos donde la mayoría de los arreglos, tanto de cuerdas como musicales y solos de guitarra, son creados por mí. Era un concepto clarísimo al que quería ir, entonces busqué muy pocas alternativas. Lo que hice fue copiar lo que había hecho, por supuesto, con toda la creatividad que puede aportarte un músico en el momento y que te da lo que hacía falta. De verdad que estaba muy claro a donde quería ir con este disco».

Dice que hay canciones divertidas, pero, en realidad, parece un disco lleno de desilusión, casi todos los temas hablan de despedidas, aunque al final se siente un estado de renovación, ¿no le parece?

«Renovación desde el principio, aunque también es un disco un poco hecho desde la ira, la rabia. Canciones como

Libre

te lo demuestran. Por otro lado, creo que el disco, desde el punto de vista autoral, es bastante maduro».

Hay groove en temas como No busques y Un año y algo más. Son dos de las canciones más interesantes y bien logradas del disco, hay un sentimiento de jazz en la forma de grabar…

«Es la pretensión de ser y demostrar la parte musical que uno lleva por dentro, pero es tan difícil luego ponerle un texto, porque no es música (originalmente) nuestra, es música que tomamos prestada del mundo sajón, entonces meterle las letras en castellano, no es tan fácil, es bastante complicado. Creo que se logró. Algo que odio es cuando la música va por un lado y el texto va por el otro. Cuando no se combinan ambas cosas en las canciones me parece terrible».

Hay una influencia de Billie Joel, ¿es consciente de eso?

«¡Consciente! También están James Brown, Prince… mucha gente».

Se cumplen 30 años del disco Fantasía. Por alguna razón, Libre tiene un poco de esta placa, una conexión tal vez. ¿Buscó encontrarse con sus inicios?

«La verdad es que no me extrañaría porque siempre he escuchado ese tipo de música, o esos géneros (rock,jazz, latino). En su momento, también se pretendía que Fantasía fuera música pop e intenté llevarlo a lo latino. Yo quería que sonaran las congas en mis canciones, así que fue la primera canción (Fantasía) en la que pude poner una conga. Fue uno de los primeros temas que logré mover un poco más. Probablemente, mi información musical ha crecido treinta años después, pero la información que recibí en los seis, siete años, para llegar a Fantasía, también está aquí, en estos años. Alguien me dijo que hasta se le había parecido a Frívola Puede ser, es factible».

Venezuela antes que nada

Libretambién se lo dedica a Venezuela, su país, por el que siempre manifiesta preocupación en sus declaraciones y acciones. Aunque del Libre Tour 2017no se ha anunciado el total de presentaciones, resulta obvia la imposibilidad de visitar la nación donde creció. «En la situación en la que está Venezuela, en este momento, realmente, no tengo estómago para subirme a un escenario y cantar. Creo que no podría articular palabras, sería un esfuerzo tremendo para mí montarme en una tarima en este momento en Venezuela. Toda esa situación para mí es como un puñal, un esfuerzo tremendo», reflexiona con pesar.

De hecho, junto con Bertin Osbourne y Carlos Baute dio un concierto en Madrid para recaudar medicinas e insumos que serían enviados al país a través de la organización Una medicina para Venezuela y la Asociación Española Venezolana por la Democracia (Aseved), esta última, la única entidad en España que tiene permiso de la Coalición de Organizaciones por el Derecho a la Salud y la Vida (Codevida), cuya sede está en Venezuela.

¿En qué medida le afectó lo que está pasando en Venezuela durante la gestación de este disco?

«Librefue completamente pensado para Venezuela. El grito de libertad es por Venezuela y por el mundo. Venezuela, en este momento, es uno de los casos más graves, estamos hablando de una crisis humanitaria tremenda, hay niños muriéndose en los hospitales, no hay insumos, no hay medicinas, no hay comida, la gente sufre para conseguirla, salen del país huyendo. Cada vez veo más gente en el exterior, más banderas de Venezuela en mis conciertos en países y ciudades remotas. El caso de Venezuela es primordial, decirle al mundo que miren hacia el país».

Suele cerrar sus shows con No Basta. Más allá de la canción protesta, esta y otras tantas composiciones suyas tienen que ver con una necesidad de replantearse la sociedad desde el seno de la familia…

«Siempre lo digo, el núcleo, lo que es la familia, todavía sigue siendo la base de todo. Tú eres, definitivamente, un reflejo de lo que te enseñaron en tu casa. Luego empiezas a obtener otra información cuando comienzas el colegio, pero si cuando bebé no tuviste los afectos, los abrazos, si creciendo no tuviste ese tipo de acercamiento, el amor de tus padres, seguramente eres un niño arisco o, quizás, hasta violento. Todo arranca ahí».

¿Qué cree es lo que sucede en Venezuela?

«Creo que el malestar que tiene la gente en el país lo refleja en su casa también. La gente no está feliz, no está contenta, ha bajado de peso, todo eso lo refleja en su casa, sin duda alguna. Los niños están pasando por un momento particular, por más que los padres quieren sacar valor, creo que eso lo llevan a su casa y lo reflejan en los niños».

Un gran colaborador

Compositor destacado, no solo lo evidencian sus canciones, sino las que ha escrito para otros artistas. A estas alturas no es nada extraño encontrarse con alguna colaboración en estudio o en vivo de Franco De Vita. La sorpresa, quizás, es quién será el siguiente y con quienes se reunirá en el escenario. Van surgiendo, se gestan en el camino. Desde bachata, reggaeton, tex mex, pop, hasta hip hop, la versatilidad y disposición de Franco para mezclarse con sus colegas se ha hecho parte de su carrera. Hace poco cedió al Dj venezolano Víctor Porfidio los tracksde su tema Dónde está la vidapara que le hiciera un remix. 

oficial y, recientemente, se unió con los raperos de Orishas para interpretar un tema en el disco de los cubanos. «También hicimos una (canción) para el disco de Gente de Zona e hice otra con Prince Royce, que iba para mi disco, pero no me dieron los tiempos. Estoy trabajando ahora, para mí, con Nicky Jam, en otro tema», sigue enumerando.

¿Qué es lo que lo mueve a la hora de hacer colaboraciones?

«Siempre son los temas.

Ya no te creo

, por ejemplo, me sonaba a Tex Mex, es una canción pop que sonaba a ese tipo de género, entonces por qué no intentarlo con un grupo de banda de ese género. Efectivamente, nos pusieron en contacto con Trakalosa y les mandé la canción. Me regresaron una cosa maravillosa, la mezcla de lo que yo había hecho con la de ellos, todos nos pusimos a bailar en la oficina. Fue una cosa impresionante. Luego Sony México nos advirtió que (allá) las radios son muy puritanas, que no quieren que el género se desvirtúe, como pasa un poco con los demás géneros tan localistas, así que les pedí que hicieran una versión banda. Nos encontramos con tres versiones a la mano y decidimos poner las tres en el disco».

Tuvo la fortuna de grabar The Good Life junto a Tony Bennett, ¿cómo fue esa experiencia y qué aprendió de él?

«¡Imagínate tú, cantar con Tony Bennett! Eso fue impresionante en mi vida. Un respeto tremendo, una persona maravillosa, de verdad que me hizo sentir como parte de su familia y así me sentí, como que éramos parientes, sinceramente. Iba tranquilo porque la verdad es que había logrado una traducción de la canción al castellano con la que estaba bastante satisfecho. La verdad es que la experiencia fue bastante maravillosa y voy a acordarme de ella toda la vida».

 

Redacción

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