Ya antes de la publicación del escandaloso libro, Lee había sido declarado culpable por malversación y evasión fiscal en 2008: dejó la dirección de la empresa y lo sentenciaron a tres años de prisión y una multa de 100 millones de dólares. Pero recibió un indulto del presidente de la Nación Lee Myun Bak -un exdirector de Hyundai- bajo el argumento de que eso permitiría al empresario seguir perteneciendo al Comité Olímpico Internacional, donde haría otro gran favor a la patria: impulsar la candidatura de la ciudad de Pyeonchang como sede de los Juegos Olímpicos de Invierno. Y después de la realización de esos juegos, el ex presidente Lee Myun Bak fue condenado a 15 años de cárcel por haber aceptado 5,4 millones de dólares de parte de Samsung para indultar a Lee.

Como resultado de las denuncias del Dr. Kim se identificaron cuentas millonarias que no pertenecían a sus supuestos dueños. Y se determinó que el dinero era efectivamente de Lee. La justicia consideró, sin embargo, que no había evidencia de soborno, lo cual sorprendió al abogado ya que él había dado la lista de fiscales a los que sobornó personalmente.

Desde 2014 está al frente de Samsung su hijo Lee Jae Yong, quien en 2017 estuvo casi un año tras las rejas por nexos corruptos con la destituida ex presidenta Park Geun-hye, hija del dictador ligado a la “dinastía” empresarial Lee.

Hoy en día, el nieto Lee está en juicio por dos causas: fraude accionario y sobornos. Esto genera incertidumbre en el futuro del conglomerado así como en el traspaso de la sucesión. Aunque el precio de sus acciones subieron: es probable que el hijo deba vender sus acciones a consecuencia de los altos impuestos de herencia que existen en ese país para los tenedores de acciones. Samsung podría dejar de ser una dinastía familiar. Al mismo tiempo, la empresa enfrenta dos desafíos: el histórico con Apple y uno nuevo con los chinos de Huawei que le vienen pisando los talones. Incluso los conflictos comerciales entre China y EE.UU podrían afectarlos ya que atraviesan su rubro principal. La vanguardia del modelo de desarrollo surcoreano se vería obligada pronto a una nueva reconversión.