Casi 750.000 personas, según estimaciones de la policía local, se movilizaron este sábado en Barcelona, Cataluña, para protestar contra la detención de diez líderes independentistas catalanes por parte de la justicia española.
Al caer el sol, los manifestantes hicieron brillar sus teléfonos y pidieron la liberación de siete exconsejeros y del vicepresidente del gobierno de Cataluña, así como de Jordi Cuixart y Jordi Sánchez, líderes de dos organizaciones a favor de la independencia. Todos se encuentran en prisión preventiva.
El vicepresidente, Oriol Junqueras, y los exconsejeros destituidos están siendo investigados por presunta rebelión y sedición. Por su parte, a los dos activistas se les imputa también un delito de sedición por su papel en las protestas masivas realizadas antes del referéndum del pasado 1 de octubre.
Durante la protesta, hubo presentaciones de artistas y discursos a la multitud.
En otro desarrollo, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, dijo que los líderes del movimiento independentista habían «engañado a la población por sus propios intereses».
«Han provocado tensiones y llevado a cabo una declaración de independencia unilateral que la mayoría no quiere», dijo en una reunión de su partido Catalunya en Comú (Cataluña en Común).
«Han provocado tensiones y llevado a cabo una declaración de independencia unilateral que la mayoría no quiere», dijo en una reunión de su partido Catalunya en Comú (Cataluña en Común).
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