Colin Firth se enfrentará en los tribunales con el amante de su mujer

Parecían una de las parejas más sólidas del mundo del celuloide pero una denuncia ante la Fiscalía de Roma por presunto acoso ha dejado al descubierto las sombras del matrimonio entre el actor británico Colin Firth y su esposa, la empresaria y productora cinematográfica italiana Livia Giuggioli.

Ahora el periodista romano al que el matrimonio ha denunciado, Marco Brancaccia, asegura que mantuvo una relación extra-conyugal con la esposa del oscarizado intérprete.

“Livia y yo somos amigos de toda la vida pero nuestra relación cambió de repente una noche después de una fiesta en su casa”, cuenta Marco Brancaccia, excorresponsal en San Paolo (Brasil) de la agencia de noticias italiana ANSA, en una entrevista con el diario La Stampa», indica.

“Empezamos una relación que duró alrededor de un año. Una historia clandestina porque aunque ahora dice que se había separado del marido en realidad en ese momento estaban todavía juntos”, asegura.

La presunta infidelidad de la italiana se alargó durante casi un año. En ese tiempo, siempre según la versión del periodista, Livia le contó detalles íntimos de su matrimonio y su deseo de divorciarse del ganador de un Oscar por el discurso del rey.

Brancaccia describió que la pareja se solía ver a escondidas en Roma, la ciudad natal de ambos, y en otros rincones del mundo donde aprovechaban para encontrarse ya que ambos vivían a miles de kilómetros de distancia.

En esa época el periodista trabajaba en Brasil mientras Giuggioli tenía su residencia en Londres junto al actor y sus dos hijos.

La empresaria solía viajar a menudo a Italia, en la casa que la familia adquirió hace años en la región de Umbría. Pero “de repente y sin dar explicaciones” Giuggioli decidió terminar la relación a través de un correo electrónico, según la versión del periodista. “Me sentí mal pero no he hecho nada de lo que me acusan”, insiste.

La versión de la pareja es completamente diferente. Según el comunicado hecho público esta semana, entre 2015 y 2016 el matrimonio tomó la decisión de separarse de mutuo acuerdo.

En ese período la italiana mantuvo una relación con el periodista romano, que era un antiguo amigo de juventud. Pero después de varios meses juntos, decidió romper su relación con él y reconciliarse con Firth.

Brancaccia no aceptó la el rechazo de Giuggioli y comenzó a acosar a la pareja con llamadas y mensajes. En un comunicado difundido por el diario The Times, el matrimonio afirma que Brancaccia incluso llegó a escribir un correo electrónico al actor contándole la relación íntima que había mantenido con su esposa y a mandarle fotos desnuda de ella. Esa habría sido la gota que colmó el vaso.

“El señor Brancaccia llevó a cabo una aterradora campaña de acoso durante varios meses, gran parte de la cual está documentada. Por razones obvias, los Firth nunca han tenido ningún deseo de hacer público este asunto”, aclaran los abogados del matrimonio, que apunta a una filtración desde la Fiscalía romana para justificar que se haya hecho público casi dos años después este episodio de la vida privada de la pareja.

El periodista niega los hechos y dice estar dispuesto a defenderse en los tribunales. “Mi acoso –asegura– consistió en varios mensajes de WhatsApp después de que ella terminara nuestra relación”. Brancaccia reconoce sin embargo que sí envió un correo electrónico al actor contándole la relación presuntamente extra-conyugal que había mantenido con su esposa. Una acción desesperada de la que ahora se arrepiente.

“No estaba lúcido, me sentía mal y le conté toda la relación que había tenido con Livia adjuntando algunas fotos de ella, no absolutamente desnuda. Él me respondió pocos días más tarde muy amable. ‘Me has hecho sufrir pero he entendido que estás sufriendo tu también’”, explica el periodista.

La abogada del periodista, Rosita Vallone, aseguró a The Times que había tenido conocimiento de la denuncia de la pareja a su cliente a través de la prensa aunque Brancaccia reconoce que hace justo un año, en abril de 2017, la policía interrumpió en su residencia romana y se llevó el móvil y el ordenador donde conservaba los mensajes y fotografías que se había intercambiado con Giuggioli.

“Me ha sorprendido la velocidad de la investigación. ¿Funciona también así para las presuntas víctimas no famosas?”, se pregunta irónicamente.

El periodista insiste en no haber amenazado ni acosado a la mujer del actor y lamenta que su reputación haya quedado seriamente dañada por culpa de este episodio. “Los periódicos me ofrecen dinero por las fotos, los mensajes y los vídeos con Livia pero no me interesa. Yo le tengo cariño y no quiero saber nada más de ellos. Solo quiero restablecer la verdad”, asegura.

En las próximas semanas la Justicia italiana fijará la fecha para celebrar la primera vista del juicio en el que Brancaccia está acusado de acoso, un delito que en Italia está penado con hasta cuatro años de cárcel.

Redacción

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