Los pacientes con cánceres avanzados que tomaron un medicamento diseñado para aliviar el estreñimiento causado por los analgésicos vivieron más tiempo y tuvieron menos progresión del tumor que los pacientes de cáncer que no recibieron el fármaco, según los resultados del estudio presentados en la reunión de 2015 de la Sociedad Americana de Anestesiólogos, que se celebra en San Diego, Estados Unidos.
El hallazgo sugiere que el medicamento —metilnaltrexona, aprobado para su uso por la agencia estadounidense del medicamento en 2008 para tratar el estreñimiento inducido por opioides— podría desempeñar un papel en la terapia del cáncer.
«Al principio, comenzamos a sospechar que la metilnaltrexona podría inhibir el crecimiento del cáncer», apunta Jonathan Moss, autor principal del estudio y profesor de Anestesia y Cuidados Intensivos en la Universidad de Chicago. «Después de más de una década en el laboratorio tratando de evaluar cómo afecta la metilnaltrexona al cáncer, tenemos la primera evidencia de que puede reducir el crecimiento del tumor y prolongar la supervivencia en los pacientes que responden al fármaco», añade.
El estudio, un análisis de supervivencia retrospectivo, incluyó a 229 pacientes que participaron en dos ensayos clínicos aleatorizados y controlados que se centraron en el alivio del estreñimiento en los pacientes que reciben cuidados paliativos de varios tipos de cáncer en última etapa y otras enfermedades terminales. Ninguno de los pacientes incluido respondió a los laxantes convencionales.
En estos dos ensayos, 117 pacientes con cáncer recibieron metilnaltrexona —comercializado como Relistor— para el estreñimiento inducido por opioides, mientras que a 112 se les dio un placebo. El 57% de los pacientes que recibió metilnaltrexona experimentó alivio del estreñimiento y el 43%, no.
Los que recibieron y respondieron a la metilnaltrexona vivieron, en promedio, el doble de tiempo (118 días frente a 58) que los que no obtuvieron ningún efecto o recibieron el placebo.Los pacientes que respondieron a la metilnaltrexona también presentaron significativamente menos informes de progresión tumoral (7,6%) en comparación con los que no se beneficiaron del fármaco (22%) o que tomaron placebo (25,4%), según los informes médicos de los eventos adversos.
Los investigadores también analizaron los efectos de la metilnaltrexona en otros 135 pacientes de los mismos ensayos que sufrían enfermedades avanzadas distintas del cáncer, como insuficiencia cardiaca congestiva, enfermedad pulmonar obstructiva crónica avanzada o patologías neurológicas. La metilnaltrexona alivió el estreñimiento en más de la mitad de los pacientes, pero no proporcionó más supervivencia, incluso para los que respondieron a efectos digestivos del fármaco.
«Esto hace que sea mucho menos probable que una mejora de la función intestinal sea la única explicación de nuestro hallazgo de mejora de la supervivencia en pacientes con cáncer», afirma el coautor del estudio Filip Janku, profesor asistente de investigación en terapéutica del cáncer en el Centro de Cancer MD Anderson de la Universidad de Texas, en Houston. «No estamos seguros de por qué precisamente la metilnaltrexona se asocia con un menor número de informes de progresión tumoral y supervivencia más larga en nuestros pacientes», dice Janku. «Pero podría ser que influya en varios efectos secundarios de los opioides no relacionados con el alivio del dolor. Los resultados son consistentes con lo que vimos en el laboratorio», añade.
La metilnaltrexona fue inventada en 1979 por el fallecido farmacólogo de la Universidad de Chicago Leon Goldberg. Afectado por el sufrimiento de un amigo con cáncer que se quejó más de su estreñimiento inducido por la morfina que de su dolor relacionado con el cáncer, Goldberg probó derivados de naltrexona, un fármaco conocido por bloquear la morfina. Este expertos desarrolló una versión de la naltrexona que no podía atravesar la barrera protectora que rodea y protege el cerebro, de manera que bloqueó los efectos de la morfina sobre los intestinos, donde causa estreñimiento doloroso, pero no interfirió con el efecto beneficioso de la morfina sobre el dolor, centrado en el cerebro. Casi tres décadas más tarde, obtuvo la aprobación de la FDA y desde entonces, más de 800.000 pacientes han recibido el medicamento.
Este expertos desarrolló una versión de la naltrexona que no podía atravesar la barrera protectora que rodea y protege el cerebro, de manera que bloqueó los efectos de la morfina sobre los intestinos, donde causa estreñimiento doloroso, pero no interfirió con el efecto beneficioso de la morfina sobre el dolor, centrado en el cerebro. Casi tres décadas más tarde, obtuvo la aprobación de la FDA y desde entonces, más de 800.000 pacientes han recibido el medicamento.
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