Amaurys FlorenzánSanto Domingo.-Las generaciones de las décadas de los años 60, 70 y 80, que transitan aun por el Centro de Los Héroes del Distrito Nacional, recuerdan con nostalgia lo glamuroso que una ocasión fue el teatro Agua y Luz, espacio utilizado en la actualidad por guagüeros, prostitutas y malhechores: “Está en ruinas, es una vergüenza”.
Muchos se preguntan si tal deterioro se debe a consecuencias de lo que significó para la época de la tiranía Trujillista, o porque fue el escenario de la rebeldía popular, al acoger el primer encuentro Internacional de la Nueva Canción “Siete Días con el Pueblo”, un festival político-musical que se llevó a cabo en el país en fecha del 25 de noviembre al 1 de diciembre de 1974, convocado por la Central General de Trabajadores (CGT).
Caminar por las inmediaciones del Teatro Agua y Luz constituye un riesgo para la población, ya que sus ruinas sirven de refugio para los antisociales.
El teatro hoy
La infraestructura solo sirve para estacionamiento de los empleados y visitantes de las oficinas gubernamentales que se encuentran en la zona, con el riesgo de que pueden ser asaltados por los delincuentes.
También es notorio en el lugar los lavaderos de autobuses, carros y motocicletas, ante la mirada indiferente de las autoridades del Ayuntamiento del Distrito Nacional, cuya sede se encuentra a tan solo una equina del monumento.
Asimismo, las ruinas del teatro son un sanitario público, donde las heces fecales y las orinas adornan el entorno.
Crímenes y prostíbulos
En diferentes ocasiones, los medios de comunicación que cubren las incidencias en las entidades cercanas a la instalación han reportado un sinnúmero de atracos y robos que se producen en los terrenos desprotegido del Teatro Agua y Luz.
De igual manera, en varias oportunidades la prensa se ha hecho eco de los crímenes y cadáveres encontrados en la infraestructura, que en los últimos años ha servido de establecimiento para las trabajadoras sexuales que comparten el espacio como algo normal con diferentes rutas de choferes.
Remodelación
Desde hace varios años, la población ha exigido que las instituciones responsables del manejo del Teatro Agua y Luz devuelvan el esplendor y la majestuosidad que tuvo, cuando se conjugaban 355 chorros de agua iluminados con luces de distintos colores en los años 50.
La Corporación de Hoteles (Corpohotels), de la entonces Secretaría de Turismo, asignó en alquiler por 20 años esa reconstrucción a la empresa Dawn Properties LTD (Triem S.A.), por la suma de 2 mil dólares mensuales, lo que generó críticas y quejas de líderes de opinión pública.
El pasado primero de enero del presente año, la Corporación de Fomento de la Industria Hotelera y Desarrollo del Turismo (Corphotels), convocó a una licitación para todos los interesados en arrendar el Teatro Agua y Luz.
En un espacio pagado, publicado en varios diarios de circulación nacional, la institución exhortó a los interesados a presentar propuestas para el arrendamiento del local y a retirar el pliego de condiciones en el Edificio de Oficinas Gubernamentales, ubicado en la avenida México esquina 30 de Marzo, o descargando el documento en el portal www.comprasdominicana.gov.do.
Ojalá que algún empresario se conduela y regrese el esplendor que una ocasión exhibió el Teatro Agua y Luz, a fin de que la generaciones actuales y futuras puedan disfrutar de sus 355 chorros de agua y unas cuatro mil bombillas de diversos colores que le daban tono y vida la instalación, para que este patrimonio nacional sirva para el disfrute de conciertos y vistosas actividades artísticas.
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