REPORTAJE: Olvidados en la Cuarentena 2

Por Manuel Novas

Minusválido que se desplaza con muletas, lo cual no le impide moverse ágil entre los vehículos y las dos aceras que flanquean las avenidas Núñez de Cáceres con 27 de Febrero.

Le dicen “El Sobreviviente”, pues la mayor parte de su existencia a transcurrido en las calles. Willy Rodríguez de los Santos lleva 26 años buscándose la vida en este perímetro.

Todos los días de todos los trescientos sesenta y cinco días del año llega puntual, al que considera su trabajo, a las 8:00 de la mañana y se retira cuando el sol cambia de naranja y se pone ámbar, al caer la tarde.

Admite que al principio era un pedigüeño más, pero la dignidad espabiló su ingenio. Se convirtió en un medio publicitario. Arropado por dos cartelones es ahora un anuncio andante.

Dejó de pedir para vivir. Una prestigiosa Casa Ferretera lo contrató como medio de promoción.

Con el tiempo, Willy pasó a ser una figura cotidiana en el ambiente de esta zona de clase media y alta, conocida de vecinos y conductores, adquiriendo cierto aire de celebridad. Su aspecto y su forma de moverse llaman poderosamente la atención. Programas de canales de televisión, radio y reporteros de periódicos lo han entrevistado, grabado y fotografiado.

Entre los comunicadores al que le contó su vida menciona al “Chico Sandy”, un ‘Youtuber’, con quien aún guarda temas pendientes.

Willy vive solo, se divorció de su mujer; es padre de seis hijos. Pernocta hace diez años en una casa cercana a la Núñez de Cáceres, cuya dueña le permitió quedarse a cambio de nada.

A Willy también lo han golpeado los efectos de la pandemia del Coronavirus, aunque diferente a los vendedores ambulantes la policía nunca lo ha detenido, pero por prudencia se retira antes de iniciar el toque de queda.

Willy es otro de los tantos pobres olvidados en la cuarentena por el programa “Quédate en Casa”.

Conscientes del valor de la publicidad habla con soltura y aprovecha para dejarse entrevistar.

¿Cómo te llamas, hermano?

—Willy Rodríguez de los Santos.

¿Qué haces en esta esquina?

—Bueno, yo pedía y la gente dejó de dar…conseguí, no mucho, pero la gente como quiera me ayuda en la calle. Tengo seis muchachos, yo vivo de la publicidad y cualquier gente me da cien o cincuenta, con eso me ayudo. Las cosas fluyen según la gente que uno conozca, también me ayudan gente que conozco. Uno tiene tantos años en una esquina…yo tengo aquí veinte y seis años, aquí en la Núñez de Cáceres. A mí me dicen el ‘Cojo”, el “Sobreviviente” porque yo sobreviví en la calle.

¿Estás entre los beneficiarios del Programa Quédate en Casa?

—Bueno, a mí me atracaron el día seis del mes que pasó. Me quitaron mi cédula, mi seguro médico y todo.

¿Dónde ocurrió?

—Cerca del negocio cuando fui a cobrar mi salario. ¡Pero nada el que quiera ayudar que me ayude! Que yo como quiera sigo siendo la misma persona y no hay problemas.

¿Cómo te va con la Policía aquí en esta esquina?

—No, no La Policía todavía no me ha agredido ni nada, simplemente, a ellos sí, a los que venden cargadores, los que venden frutas la Policía se los lleva y los suelta a las cinco de la tarde. Pero, yo siempre he dicho: Lo que está para ti está para ti.

¿Y tus hijos?

—Tengo seis hijos, tres hembras y tres varones, hay uno que trabaja en un taller y los otros están pequeños y no trabajan, yo soy que salgo a trabajar por ellos.

¿Dónde vives?

—Estaba viviendo en Punta de Villa Mella, pero gracias le doy a Dios que me prestaron una casita ahí, una doña que se llama Rosario, y tengo más de diez años viviendo ahí. Mi familia toda vive en Villa Mella; desde que yo consigo arroz y alimentos le mandó a mis hijos. Yo no ‘manco” con mis hijos. Porque uno de ellos tendrá que ser o locutor o periodista, yo siempre pienso así de ellos.

¿Qué piensas sobre Quédate en Casa?

—Bueno, por un lado lo veo mal y por un lado lo veo bien porque el que no tiene el sustento no se puede quedar en la casa. El que tiene sueldo fijo se puede quedar en la casa, pero el que no, no se puede quedar en la casa porque tiene familia y tiene que caminar para poder buscar la comida. A mí todavía el gobierno no me ha ayudado, yo no he visto ayuda del gobierno.

El Motín

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