Papa Francisco arriba a Paraguay

El papa Francisco llegó esta tarde  bajo una pertinaz llovizna a la República Paraguay de Asunción para comenzar allí la tercera y última etapa de su viaje a Sudamérica, que ya lo llevó a Ecuador y Bolivia.

A su arribo al aeropuerto internacional Silvio Petirossi, el Pontífice fue recibido por el presidente de la República del Paraguay, Horacio Cartés, junto al nuncio Apostólico Eliseo Ariotti y autoridades gubernamentales y religiosas.

También miles de jóvenes voluntarios se desplegaron por las principales arterias de Asunción formando un cordón humano que escoltará el trayecto del  papamóvil de Francisco por la capital de Paraguay.  Los voluntarios se reparten a lo largo de los trece kilómetros que separan el aeropuerto de la Nunciatura, distancia que amaneció despejada de vehículos tras ser clausurado el tráfico por las autoridades.

El gobierno de esa nación ha declarado este viernes y el sábado días festivos como muestra de agradecimiento por la visita del Papa, segundo alto representante de la Iglesia Católica que vista este país, le antecedió el papa Juan Pablo II.

El papa Francisco arribó a Paraguay, procedente de Bolivia. Antes estuvo en Ecuador.      Miles de personas se congregaron en la terminal aérea para recibir al primer papa latinoamericano, y la ciudad de Asunción, una capital que tiene avenidas con nombres como Santísima Trinidad y Santísimo Sacramento, lucía miles de banderas de Paraguay y el Vaticano y carteles de bienvenida.

En su camino desde el aeropuerto hacia la Nunciatura Apostólica, donde se alojará en Paraguay, el papa hizo una brevísima parada de cuatro minutos en la cárcel de mujeres El Buen Pastor, donde 50 reclusas que integran el coro del penal le cantaron una canción que le prepararon especialmente.

Durante su visita que se prolongará durante tres días, el papa se entrevistará con el presidente Cartes y tendrá encuentros con autoridades nacionales y eclesiásticas, así como con representantes diplomáticos. Pero Francisco también dedicará su tiempo a atender a sus fieles más postergados. El papa visitará un hospital pediátrico que atiende a niños con cáncer, escuchará los mensajes de organizaciones sociales y visitará el pobrísimo barrio asunceño de Bañado Norte.

La visita del papa Francisco ha generado una enorme expectativa en un país donde el 24% de la población vive debajo de la línea de pobreza, el 14% no tiene empleo y donde 110.000 indígenas sobreviven en condiciones económicas y sociales paupérrimas.

El papa ofrecerá dos misas multitudinarias en suelo paraguayo. El sábado lo hará en Caacupé, el principal bastión de la fe católica del país, donde cuenta la leyenda que la virgen María le salvó la vida a un indígena guaraní cuando fue atacado por una tribu enemiga.

Y el domingo Francisco dará misa en —u Guasú, («Campo Grande», en guaraní), un predio de la Fuerza Aérea Paraguaya en las afueras de Asunción. Para la ocasión, el artista plástico Koki Ruiz construyó un altar con 40.000 espigas de maíz, 200.000 cocos y 1.000 calabazas, un homenaje a los indígenas guaraníes que veneraban a la tierra por ofrecerle esos alimentos.

Se espera que más de un millón de fieles, paraguayos y de países vecinos, asistan a la misa de —u Guasú.      Se trata de la segunda visita de un papa a Paraguay, la primera desde que el país recuperó la democracia en 1989. Cuando Juan Pablo II llegó en 1988 cuando el país vivía bajo una dictadura militar encabezada por el presidente Alfredo Stroessner.

El pontífice se despidió el viernes más temprano de Bolivia poco después de visitar a los reos de la prisión más violenta del país, a quienes pidió no caer en la desesperación y mantener la esperanza, aunque reconoció los problemas que deben enfrentar.

En una visita al penal de Palmasola, en las afueras de la ciudad de Santa Cruz, el pontífice llamó a los internos a evitar los enfrentamientos entre ellos y a las autoridades carcelarias a no humillar a los reos y tratarlos con dignidad.

«El que está ante ustedes es un hombre perdonado, un hombre que fue y es salvado de sus muchos pecados. Yo también tengo mis errores y debo hacer penitencia. No tengo más para darles y ofrecerles que Jesucristo», dijo Francisco en la última jornada en Bolivia.

Redacción

Agregar comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.