RedacciónSanto Domingo.-El movimiento político Nueva Democracia (ND), señaló que una sociedad institucionalmente madura y políticamente avanzada, si bien no es un sistema social perfecto, al menos cuenta con una estructura de contrapesos y consecuencias, que permite la convivencia entre seres humanos, sin que una minoría de ellos, obtenga privilegios a través de mecanismos de acumulación de poder político , económico y cultural. Poder este, obtenido desde el fraude, el robo y la violación de los fundamentos de derecho, violación esta última que provoca el debilitamiento de las garantías que deben emanar de todo ordenamiento jurídico.
Mediante un comunicado de prensa ND afirma que: «Lamentablemente, la sociedad dominicana en estos momentos está siendo conducida a un profundo vacío de credibilidad e institucionalidad jurídica, por una minoría política que tiene seria vocación cuasi religiosa, pretendiendo convertirse en un altar de poder por encima del bien y del mal, al que el resto de los dominicanos le debe rendir pleitesía como feligreses no como ciudadanos, aceptarle sus mentiras y asumirlas como ciertas, porque de lo contrario estaría en juego la llamada gobernabilidad, la supuesta estabilidad nacional y el llamado progreso económico de los últimos años», indica ND.
Precisa que sería demasiado básico el análisis que nos lleve a suponer que el gran problema de la justicia dominicana, si es que eso existe o ha existido algún vez, se resume en su incapacidad para al menos juzgar, dominicanos, que en el ejercicio de su trayectoria como funcionarios públicos, han acumulado riquezas de extrema dificultad de explicar en el contexto de las atribuciones de los puestos del Estado que han ocupado.
Asegura que En la República Dominicana se ha robado al Estado y se ha robado mucho, durante mucho tiempo, sin que nada pase, sin que nadie pague. En nuestro país se ha creado una elite de privilegiados cuyo único mérito ha sido el de ser ladrones eficientes, profesionales sin escrúpulos y políticos prostituidos al servicio de sus propios intereses y de los de sus cuentas bancarias locales y en el extranjero.
«No esperábamos gran cosa del Juez Moscoso Segarra, miembro del partido que tiene control absoluto de todos los estamentos del Estado, y no esperábamos gran cosa de este magistrado, no solo por su conocida membresía política, sino porque responde a uno de los aparatos de poder más perversos que conozca la vida republicana, el que es dirigido por el exresidente, Leonel Fernández», explica.
Asevera que: «Este aparato de poder, que funciona como una estructura mafiosa, de continuar su asalto al Estado, provocara una enorme grieta en la precaria y limitada democracia dominicana, y probablemente de ser gobierno de nuevo, estaríamos asistiendo a la instauración de un régimen de fuerza que necesitara alcanzar su legitimidad y estabilidad a base de corromper, romper y comprar todo lo que signifique transparencia, honestidad y convicción de principios. El país está a tiempo de impedir que algo como eso suceda, queda en manos de sus hombres y mujeres más sensatos, evitarlo».
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