Por Leonel Concha Junior
Sorprendió este jueves la visita del expresidente Hipólito Mejía al presidente Danilo Medina, en el Palacio Nacional.
El encuentro cobra importancia ante los rumores de que se prepara una ofensiva judicial contra el mandatario y sus leales tan pronto pongan un pie fuera de Palacio.
Danilo entrega el mando al presidente electo, Luis Abinader, el 16 de agosto próximo. Abinader está bajo presión de la sociedad civil para que emprenda una campaña anticorrupción y contra la impunidad que tocaría a figuras del entorno de Medina.
Hipólito es la segunda figura de peso en el Partido Revolucionario Moderno (PRM) que ganó las elecciones con Abinader a la cabeza.
Durante los dos gobierno de Medina, Hipólito ha recibido un trato distinguido y cercano del mandatario.
Mientras Hipólito fue un adversario enconado del expresidente Leonel Fernández, cuando éste presidía el PLD y era gobierno, siempre mantuvo relaciones armoniosas con Danilo.
Incluso, en el anillo de Leonel, se tomó la cercanía entre ambos como una forma de Hipólito y Medina de hacer oposición al también exmandatario.
Vientos de tormenta político judicial parece se avecinan sobre Danilo y parte de su séquito presidencial, una vez entreguen el poder.
Hipólito se ha manifestado contra la costumbre cada vez más enraizada en Latinoamérica de perseguir judicialmente a los expresidentes.
La visita de Hipólito a Danilo, en las presentes circunstancias, son un bálsamo y una razón de aliento puesto que el horno no está para galletitas.
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