La Justicia británica ha decidido este martes mantener la orden de detención que impide al fundador de WikiLeaks, Julian Assange, salir de la embajada de Ecuador en Londres, donde se refugió en 2012 para evitar su extradición a Suecia.
El pasado 26 de enero, el abogado de Assange, Mark Summers, solicitó a la Corte de Magistrados de Westminster que suspenda el mandato de arresto que no permite salir libremente al informático de la legación ecuatoriana. La sentencia emitida ahora puede ser apelada a instancias superiores.
El letrado hizo esa petición en nombre de su cliente con el argumento de que, dado que el pasado mayo Suecia clausuró el caso y suspendió su mandato de detención internacional, la orden británica sentido “ha perdido su propósito”.
La vigencia de esta segunda orden, cursada por la propia corte de Westminster contra el periodista por violar su libertad condicional cuando se refugió en la embajada, significa que si sale de la legación diplomática será apresado por la Policía.
El equipo legal de Julian Assange había declarado que su objetivo era “cuestionar el estatus de la orden” emitida en el Reino Unido porque las diligencias en Suecia “han finalizado”.
Fuentes de la fiscalía británica explicaron, a su vez, que Assange esperaraba que se invalidara el mandato de detención británica por el hecho de que “los suecos han confirmado que su orden de extradición no está activa”.
Si el recurso del activista, de 46 años, hubiera tenido éxito y se hubiera anulado la orden de detención que pesa en su contra, en teoría habría podido salir de su refugio diplomático sin miedo a ser arrestado.
La Justicia sueca reclamaba a Assange desde 2010 por presuntos delitos sexuales cometidos en Suecia, que él siempre negó, pero el año pasado finalmente archivó la causa al considerar que no podía avanzar en la investigación.
Sin embargo, la Policía de Londres dijo que igualmente sería detenido si salía de la embajada debido a que seguía vigente la orden de arresto emitida por Westminster.
En un intento por desbloquear la situación y que Assange pueda salir de su encierro, el Gobierno de Ecuador le concedió el pasado diciembre la nacionalidad ecuatoriana y pidió para él estatus diplomático, pero el Ejecutivo del Reino Unido se lo negó.
Julian Assange, cuya salud asegura es precaria tras más de cinco años de cautiverio, rechaza salir de la legación sin garantías porque cree que, si es detenido, afrontaría una posible extradición a Estados Unidos por las revelaciones de su portal.
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