La ‘escasez’ de dólares amenaza de nuevo la estabilidad financiera mundial

Analizando de forma superficial el comportamiento de los mercados y más concretamente de las bolsas en los dos últimos años, se puede observar que las turbulencias financieras suelen coincidir con fuertes apreciaciones del dólar (salvo el caso excepcional del brexit). Esta coincidencia puede ser algo más que eso, la relación entre el dólar y los movimientos bruscos en los mercados pueden tener mucho que ver con la dependencia del dólar de algunas economías emergentes. Ahora que una nueva subida de tipos en Estados Unidos se acerca y el dólar vuelve a coger carrerilla, un nuevo ‘huracán’ podría estar acercándose. No obstante, la Fed podría amortiguar estas turbulencias con unos políticas más ‘blandas’ de los esperado.

Joachim Fels, analista en Pimco, se pregunta «¿por qué ha reinado la calma en los mercados globales tras un primer trimestre muy volátil? Bien, la parada del dólar en su apreciación ha jugado un rol importante: ha ayudado a estabilizar el precio de las materias primas, ha terminado con la recesión del sector industrial en Estados Unidos y ha suavizado los miedos sobre una depreciación agresiva del yuan chino y el exceso de deuda denominada en dólares en los mercados emergentes».

No obstante, este experto advierte de las peligrosas consecuencias de una mayor apreciación del dólar. Durante el mes de octubre el billete verde se ha apreciado un 3% frente a las divisas de las mayores parejas comerciales del país, como muestra el Dollar Index de la Reserva Federal. Si la apreciación del dólar continúa, podrían llegar nuevas turbulencias financieras derivadas de la ‘escasez de dólares’ en algunas economías.

Los círculos representan turbulencias financieras. La línea es la fortaleza del dólar

Algunos expertos hablan de escasez de dólares, no porque haya menos dólares en el mercado, sino porque la demanda de los mismos es superior, todo el mundo quiere dólares y por tanto su precio sube (tipo de cambio), el billete verde se aprecia.

La escasez de dólares

La apreciación del dólar complica el compromiso de algunos países para mantener su divisa anclada a la cotización del billete verde. Estos países podrían verse obligados, finalmente, a devaluar sus divisas. Ante los rumores de devaluación, algunos agentes pueden optar por vender sus activos en dichas divisas y convertirlos en dólares. Si el miedo a una devaluación se extiende, esta operación se puede propagar rápidamente poniendo en problemas a los bancos centrales de los países que están en el punto de mira.

Estos bancos centrales podrían no contar con suficientes reservas para afrontar la demanda repentina de dólares, lo que a la postre obligaría a devaluar (dar menos dólares por cada unidad de divisa local) o a pedir líneas de crédito en dólares al extranjero, como explica Raghuram G. Rajan en un documento de 2004 titulado Dollar Shortages and Crises.

Carmen Reinhart, profesora de Finanzas Internacionales en la Universidad de Harvard, también advierte en Project Syndicate que la escasez de dólares está perturbando la economía de varios países. «Algunos países en África, Oriente Medio, Asia y América Latina están siendo golpeados por la caída de los precios de las materias primas».

Durante años de expansión gracias al auge del precio de las materias primas y por las exportaciones china, estos países acumularon niveles históricamente altos de reservas. Estos ‘tesoros’ se han mantenido principalmente en activos denominados en dólares, especialmente títulos del Tesoro de Estados Unidos, explica Reinhart.

Ahora que la marea de las materias primas ha bajado, algunos países están sufriendo la escasez de dólares por el fuerte incremento de su demanda. «Egipto, Nigeria, Irán, Angola, Uzbekistán y Sudán del Sur, entre otros. Esta escasez de dólares y divisas está desembocando en una escasez de bienes básicos, incluidos ciertos tipos de alimentos. Un país que se ha quedado sin divisas, probablemente sólo podrá tener acceso a los bienes que el propio país produzca, una especie de autarquía involuntaria.

Reinhart culmina su exposición destacando que «el Plan Marshall fue diseñado para aliviar la escasez de dólares en la Europa de posguerra. Hoy no se ve ningún equivalente en el horizonte». Sin embargo, esta situación podría suavizarse si la apreciación del dólar se detiene o incluso se revierte. Como recuerda Fels, los ministros de Finanzas del G-20 y los banqueros centrales reconocieron que un dólar demasiado fuerte no es deseable ni positivo para la economía mundial, por lo que quizá la Reserva Federal continúe anunciando una subida de tipos que nunca llega.

Redacción

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