Mario Barrera dice que hace años que dejó de entender cómo funciona la economía de Cuba, pero que ahora llegó el punto en que está por «volverse loco».
«Cuba está difícil de entender. Primero te dicen que se va el CUC (la doble moneda), que las cosas serán por dólares… y unos meses después vienen y te dicen que ya no más dólares», lamenta en conversación telefónica con BBC Mundo el habanero, que asegura que vive de las remesas que le envía su familia desde EE.UU.
«Un día se peinan y al otro se hacen los papelillos. Ahora no sé qué me haré con el dinero, qué se harán mis hijos para mandarme algo para tratar de hacernos la vida aquí un poco más fácil», agrega.
Barrera se refiere a la decisión del gobierno de Cuba de dejar de aceptar «temporalmente» desde este lunes dólares en efectivo, en una medida que es vista por economistas como la más restrictiva impuesta sobre la moneda estadounidense desde que estuvo penalizada durante parte del gobierno de Fidel Castro.
A partir de ahora, los cubanos dentro de la isla tendrán que utilizar otras divisas extranjeras para acceder a los escasos productos básicos que solo se encuentran en unas tiendas que creó el gobierno hace un tiempo y donde se aceptan únicamente «monedas libremente convertibles» (MLC).
Mientras, cubanos residentes en otros países (o los turistas que lleguen en medio de las restricciones de la pandemia) no podrán canjear sus dólares en los bancos o en las casas de cambio ni utilizarlos en establecimientos estatales.
La nueva medida tiene lugar en un momento crítico para el país, cuya economía, por la pandemia y la caída del turismo, ha registrado los peores resultados (-11% del PIB en 2020 según datos oficiales) desde el llamado «periodo especial».
Un plan de reestructuración económica implementado a inicios de año llamado «tarea ordenamiento», que buscaba incentivar el trabajo, subir los salarios y fortalecer la dolarización, disparó la inflación, lo que ha agravado la escasez de comida, energía, medicamentos y productos básicos como la harina para hacer pan.
En medio de todo esto, el pasado 10 de junio el gobierno anunció que dejaría de recibir la moneda estadounidense en efectivo.
«Es difícil de entender en su lógica», le dice a BBC Mundo el economista cubano Carmelo Mesa-Lago, profesor de la Universidad de Pittsburg (EE.UU.).
«Hacen una dolarización parcial con las tiendas MLC, promueven la entrada de dólares y ahora, revierten la medida. Se aprecia un nivel de improvisación bastante notable y es muy difícil de entender cómo puede beneficiar a la gente», agrega.
Mesa-Lago y otros economistas consultados por BBC Mundo aseguran que los resultados y las implicaciones de las nuevas limitaciones al dólar, la principal divisa que recibe la isla a través de remesas desde EE.UU., son todavía imprevisibles y que su aplicación «deja más dudas que respuestas».
BBC Mundo se comunicó con el Centro de Prensa Internacional (el único autorizado a tramitar entrevistas de medios extranjeros con organismos del Estado) y con el Banco Central de Cuba (BCC) para conocer la visión de las autoridades sobre el tema, pero no tuvo respuesta antes de la publicación de esta historia.
¿Qué ha dicho el gobierno?
Desde 2019, el gobierno cubano dio pasos visibles hacia la dolarización de la economía con la apertura de tiendas en MLC, que en la práctica se convirtieron en el lugar al que los cubanos se vieron obligados a acudir para, de forma limitada, poder acceder a alimentos y productos de primera necesidad.
Luego, en julio de 2020, en medio de la pandemia, anunció que eliminaría el gravamen del 10% que había impuesto desde 2004 al dólar «para promover la circulación» de la moneda estadounidense.
«Esta es una medida que beneficia a todos los cubanos de dentro y fuera del país, (…) que se toma en medio del recrudecimiento del bloqueo (embargo) de Estados Unidos y permite darle más capacidad de compra al dólar», explicó entonces el ministro de Economía, Alejandro Gil, quien aseguró que era una decisión que llegaba «para quedarse». «Esto no es ahora que vamos para atrás después», afirmó. Casi un año más tarde, el gobierno de Cuba culpó otra vez otra vez al embargo, ahora para limitar nuevamente la capacidad de compra del dólar.
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