Incapacidad y compromisos con Hipólito afectan imagen gubernamental

Danilo Cruz Pichardo

Desde el año 2016 Luis Abinader buscó  asesoría, en materia de seguridad, de Rudy Giuliani, exalcalde de New York durante el período 1994-2001, quien redujo la delincuencia en esa gran urbe estadounidense en un 90%.
Para la campaña electoral de 2020 Giuliani regresó al país y elaboró un plan de seguridad ciudadana al candidato del PRM y hoy presidente de la República, pero el jefe de Estado parece que echó al zafacón esa propuesta programática, auspició una costosa comisión de reforma policial (no llevada a la práctica) y a diario se cae en la improvisación, a tal punto que en la Provincia Santo Domingo se prohíbe la venta de alcohol, en horario de 12 de la noche a 8 de la mañana.
Resulta hasta risible que Gobierno piense que el incremento de la criminalidad obedece a que los jóvenes rateros andan borrachos.
En un país donde el Estado dispone de múltiples organismos de seguridad, con técnicos formados en el exterior, dotados de sofisticadas tecnologías, no es difícil establecer los elementos causales de la inseguridad, los jefes de bandas e inclusive integrantes de las mismas, porque todos los dominicanos tenemos nuestros aparatos intervenidos y colocan dispositivos satelitales a los vehículos, entre otros tantos métodos.
La creciente violencia en las calles dominicanas lleva a pensar que no hay voluntad gubernamental o sencillamente se raya el extremo de la improvisación o la incompetencia. Solo se piensa en reelección.
Esa incompetencia de las autoridades quedó demostrada con las fuertes lluvias que se registraron a partir del atardecer del viernes 4 del presente mes. La verdad es que llovió demasiado durante unas tres horas corridas y gran parte del país se inundó, ocasionando pérdida de vidas humanas e incalculables daños materiales.
El pretexto de las autoridades es que situaciones similares se han registrado en todos los gobiernos anteriores. Es cierto. Pero votamos por “el cambio” para que no se repitan deficiencias de simples filtrantes y alcantarillas tapadas.
¿Cómo es posible que la deuda externa se haya disparado a niveles alarmantes, con el festival de empréstitos que viene aprobando el Congreso Nacional, y una partida no se haya tomado para el mantenimiento de las alcantarillas y la construcción de otras que se requieran en lugares vulnerables, previamente identificados?
Algo más todavía: ¿Cómo justificar que en plena época de las tecnologías los organismos de emergencia no hayan pronosticado la cantidad de agua a caer? No hay forma de explicar el desastre ocurrido.
Había que avisar a la población sobre lo que acontecería y tomar las medidas preventivas correspondientes, incluyendo la suspensión escolar y laboral de las instituciones públicas y privadas a partir del mediodía del viernes 4. Se requería una alerta general y en las calles operando todos los organismos que reúne el COE. Sin embargo, al general (retirado) Juan Manuel Méndez García, un gordito que le cae bien a la gente, solo se le ve hablando de apoyar la reelección del presidente Abinader. Ese es su derecho, pero concéntrese en su labor, que bastante delicada que es.
Si bien el auge de la criminalidad y el desastre ocurrido en el país, con la inundación del viernes 4, destapan incompetencia y deterioran el crédito gubernamental, el compromiso que tiene palacio con Hipólito Mejía le ocasiona aún mayor daño.
Al expresidente Mejía se le atribuye ser el autor intelectual del acuerdo hecho entre Luis Abinader y Danilo Medina. Ese acuerdo consistió en poner en libertad a los hermanitos de Medina y detener, de parte del Ministerio Público, todos los procesos de corrupción pública en agenda. En cambio, Danilo impondría a Margarita Cedeño como candidata presidencial del PLD y trabajaría en contubernio con palacio para cerrarle el paso a Leonel Fernández para el 2024.
Hasta el momento Medina, que es callado y calculador, no ha honrado mínimamente lo acordado. Con las primarias del PLD se hizo el loco y Abel Martínez, amigo de Leonel Fernández, ganó de forma amplia. Nadie conoce, al momento, la estrategia final de Danilo con respecto al certamen electoral de 2024.
Mientras tanto Hipólito Mejía, interesado en imponer a su hija Carolina como candidata vicepresidencial para el 24, mete en problema a Luis Abinader con el Ministerio Público, posiblemente el único punto luminoso del “cambio”.
Se informa, empero, que el Ministerio Público está decidido a publicar y llevar a tribunales el caso de Hacienda. Se filtró que José Ureña y Mimilo Jiménez, dos estrechos colaboradores de Donald Guerrero, admiten haber hecho significativos aportes económicos a un expresidente en la campaña pasada.
El expediente establece, además, que Frixo Mesina, actual viceministro de Hacienda y alto funcionario del área de juegos de azar en la gestión de Donald Guerrero, es esposo de una hija de ese expresidente.
Conforme al MP el entramado del caso de Hacienda, donde los pagos se hacían sin cumplir con los controles de rigor,  involucra corrupción pública por un monto de 19 mil millones de pesos.
Analistas políticos coinciden en que el carácter oligárquico del Gobierno, el tema haitiano, la improvisación de medidas, la tarifa eléctrica y el alto costo de la vida, terminarían haciendo daño político a Luis Abinader.
En el marco de un análisis objetivo, de igual manera,  no se puede soslayar el retroceso registrado en el PRM, al celebrar una asamblea de delegados (mil y pico de empleados públicos) para escoger a sus principales autoridades.
El objeto era cerrarle el paso al doctor Guido Gómez Mazara, por su carácter independiente, quien se opone a los lazos de complicidad de la corrupción del pasado gobierno y un sector del hoy partido oficial.
Sin embargo, se estima que después que el PLD escogió a su candidato presidencial, mediante unas primarias abiertas, ¿a qué pretexto o escapatoria apelaría la alianza de Luis Abinader e Hipólito Mejía, para impedir que Gómez Mazara encabece la boleta electoral del PRM en los comicios del 2024?
Imponerse nuevamente con malas artes generaría total desconfianza en la opinión pública. Es muy simple: el que no ejerce democracia en su partido, tampoco puede garantizarla en la población.
danilocruzpichardo@gmail.com

El Motín

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