El presidente Andrés Manuel López Obrador y Irma Eréndira Sandoval.

El despido más humillante hecho por el presidente de México

El presidente Andrés Manuel López Obrador mediante un video publicado en redes sociales informó su determinación de despedir a Irma Eréndira Sandoval como secretaria de la Función Pública.

El escenario fue diferente al de ocasiones anteriores. Esta vez un escritorio marcó la distancia. Frente al presidente estuvieron Irma Eréndira Sandoval y Roberto Salcedo Aquino, que la sustituirá. Las palabras del presidente confirmaron la lejanía con la exsecretaria y se asemejaron, en su tono, a un castigo.

“He tomado la decisión de llevar a cabo un cambio al iniciar una nueva etapa en el gobierno, y vamos a llevar a cabo otras reformas; vamos a llevar a cabo una reforma administrativa y vamos a profundizar más en el combate a la corrupción y en hacer un gobierno austero.”

Desde hace algunos meses se habían filtrado a los medios versiones sobre la salida del gabinete presidencial de Irma Eréndira Sandoval. Dos razones destacan entre las expuestas en medios y redes sociales. La primera corresponde a su declaración patrimonial.

Irma Eréndira Sandoval fue señalada por adquirir, en nueve años, un patrimonio valuado en más de 60 millones de pesos, cuando tenía un salario de investigadora en la UNAM. Se le documentó la copropiedad de cinco casas con su esposo John Ackerman y otra más que le obsequió Marcelo Ebrard, cuando fue jefe de gobierno de la Ciudad de México. Desde que se publicó la omisión de su patrimonio, dejo de ser convocada por el presidente López Obrador a la conferencia de prensa mañanera. Su última aparición fue el 23 de enero de 2020.

Hasta aquí parece que la distancia que aplicó el presidente López Obrador estaba dirigida a que la omisión de Eréndira Sandoval fuera olvidada o, cuando menos, que se “enfriara” el tema en los medios. Después de todo, ya había dado muestras de ser eficaz en justificar la fortuna de Manuel Bartlett y los turbios negocios de su hijo del mismo nombre. Así como no proceder ante las denuncias en contra de Hugo López-Gatell. El servicio que estaba dando a la 4T acreditaba su permanencia en la Secretaría.

La omisión de Irma Eréndira Sandoval fue superada por su segundo error cuando llegó la temporada de disputa por el poder. Su hermano Pablo Amílcar Sandoval, quien se desempeñaba como superdelegado en su estado natal Guerrero, aspiraba a ser el candidato de Morena para ocupar la gubernatura de esa entidad. En las elecciones internas ganó la candidatura el senador Félix Salgado Macedonio.

Pablo Amílcar Sandoval impugnó la designación de Morena a favor de Salgado Macedonio a la gubernatura de Guerrero, no obstante, más adelante se desistió y pidió que se diera por terminado el asunto.

Aparentemente, Irma Eréndira Sandoval intentó imponer la candidatura de su hermano para que fuera gobernador de Guerrero. Aparecieron filtradas en los medios acusaciones de algunas mujeres, por violación, en contra de Félix Salgado Macedonio. El resultado final fue que perdió la candidatura, que se decidió a favor de su hija Evelin Salgado, hoy gobernadora electa.

La aventura de Irma Eréndira Sandoval de imponer a su hermano Pablo Amílcar, contradijo la determinación de López Obrador y tuvo un alto costo político para la 4T que, en el contexto del proceso electoral, perdió apoyos de grupos feministas y otros sectores sociales.

El hecho de que López Obrador haya despedido a Irma Eréndira Sandoval en la forma y tono en que lo hizo contiene un mensaje. Es viable interpretar que las filtraciones de información, que derrumbaron la candidatura de Félix Salgado, fueron consideradas por el presidente López Obrador como una traición, castigada con la frialdad y el “destierro”.

Desde la secretaria de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval quiso hacer política de partido e intentó imponer su criterio al del presidente López Obrador, que tuvo que tolerarla hasta que el ambiente político fue propicio para su expulsión.

El cambio de Irma Eréndira Sandoval contiene también el mensaje de que fracasó la secretaria de la Función Pública, encargada de combatir la corrupción, principal compromiso del gobierno de López Obrador, refrendado cada día desde la mañanera.

Al siguiente secretario, Roberto Salcedo, el presidente le dijo qué deberá hacer: “desterrar la corrupción de nuestro país y seguir haciendo un gobierno austero, un gobierno probo, un gobierno que entienda que el poder es humildad, que no es prepotencia, lujos, fantocherías, extravagancias, que debe uno ser, no funcionario público, sino servidor público”.

Para los demás integrantes del gabinete, la salida Eréndira Sandoval es el recordatorio de que tienen tanto poder como el presidente quiere y lo pueden ejercer siempre y cuando sea en beneficio del proyecto, cualquiera que este sea, de López Obrador.

El presidente ejerce su facultad de poner y quitar a sus colaboradores cercanos. El requisito para que permanezcan en el gabinete es que hablen cuando les da la palabra, sean incondicionales y la lección de hoy es que, el único que hace política es él. Los que se equivocan son expulsados del juego y pierden lo “ganado”.

El Motín

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