RedacciónBrasilia.- La presidencia de Dilma Rousseff está en jaque porque la Cámara de Diputados ya aprobó el comienzo del impeachment en su contra y todo indicaría que el Senado seguirá el mismo rumbo. Si la decisión se confirma, la mandataria brasileña deberá abandonar el cargo mientras se decide su futuro. Ese periodo el país será gobernado por el vicepresidente Michel Temer , a quien Rousseff identifica como quien lidera «un golpe» en su contra.
En medio de esta situación, de las protestas sociales que con frecuencia salen a las calles a defender o a condenar al gobierno, del misterio respecto de si el expresidente Lula da Silva podrá o no asumir el cargo de jefe de Gabinete y tras número económicos bastante negativos (de acuerdo a ciertos especialistas el desempleo en el país es el mayor en años) Dilma tomó una decisión difícil: mañana dejará Brasil y viajará a una encuentro internacional que tendrá lugar en Estados Unidos.
El viernes 22 de abril, la mandataria brasileña participará en la ceremonia de la firma del Acuerdo de París en Nueva York , según una nota publicada por el diario O’Globo. El viaje de Dilma será del jueves 21 al sábado 23. Durante este lapso, el gobierno quedará en manos de Michel Temer, quien se postula como su sucesor en caso que el juicio político avance y concluya en su destitución.
Esto es justamente algo que inquieta al gobierno del PT.
Dadas las condiciones, Rousseff no quiere ausentarse del país y mucho menos dejarle el mando a Temer, que ya trabaja para la conformación del posible gabinete de ministros que lo acompañarían en caso que deba hacerse cargo del Palacio del Planalto.
De hecho, en las últimas semanas la presidenta canceló tres agendas internacionales debido a la crisis política: Rousseff se ausentó de la Cumbre de Seguridad Nuclear celebrada en Washington a finales de marzo; de la Asamblea General de la ONU contra la droga; y este lunes canceló su participación en la ceremonia de encendido de la antorcha olímpica que tendrá lugar el jueves en Grecia.
Sin embargo, en esta oportunidad la jefa de Estado decidió viajar porque, de acuerdo a la publicación, podría aprovechar el encuentro para denunciar el «golpe», que ella asegura, la oposición lidera en Brasil.
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