Cuba empieza este domingo a marcar el cierre de la «era» Castro

Cuba acude mañana a las urnas para confirmar a los 605 representantes de la Asamblea Nacional del Poder Popular, votaciones teledirigidas en las que realmente no se elige: la lista oficialista es única y cuenta con 605 candidatos. Los ocho millones de electores cubanos pueden votar a uno, a varios o a todos. Ninguno pierde; todos ganan.

El modus operandi electoral es el mismo desde 1976, pero en esta ocasión las circunstancias históricas otorgan a los comicios una importancia trascendental, ya que entre los 605 asambleístas saldrá el nombre del sucesor de Raúl tras casi 60 años de gobierno de los hermanos Castro.

En resumen, un cambio de guardia en el poder más prolongado de la historia de América Latina, que el 19 de abril vivirá la instalación de la nueva asamblea, la elección de los miembros del Consejo de Estado y el anuncio del nuevo presidente.

Tanto las elecciones como la Constitución del Parlamento llegan con pocos interrogantes y muchas certezas, como que el cambio generacional, impuesto por el paso del tiempo, correrá en paralelo a las esperanzas de mejora de la población en medio de la crisis económica, la marcha atrás en el deshielo con Estados Unidos que desde Washington había impulsado Barack Obama, la parálisis de las reformas y la hecatombe venezolana.

La plataforma opositora Cuba Decide, que intentó sin éxito presentar a sus candidatos en las elecciones municipales (paso previo a los comicios de mañana), apuesta por desconocer los resultados del proceso, algo en lo que coinciden con Luis Almagro, secretario general de la OEA, que calificó al gobierno cubano de «la peor clase de dictadura» y reclamó a los países del continente que rechacen una «sucesión no democrática».

«El ejercicio de votar el domingo no da margen para una genuina batalla electoral democrática. Los delegados a la Asamblea Nacional son nominados por la Asamblea Municipal», recordó el analista Álvaro Alba, que insistió en que la oficialista Comisión Nacional de Candidaturas selecciona entre los «precandidatos» a los elegidos. Entre ellos Castro (86 años), ratificado por unanimidad por los 79 delegados del municipio Segundo Frente, en Santiago de Cuba.

Junto al presidente figuran los otros hombres fuertes del país, empezando por el canciller Bruno Rodríguez, o Marino Murillo, el responsable de la economía. También están los jefes del ejército, Leopoldo Cintra Frías y Ramón Espinosa. Y el escritor Miguel Barnet; la jefa política de La Habana, Mercedes López de Acea, y Mariela Castro, hija de Raúl y responsable del Centro Nacional de Educación Sexual.

Sobre todos ellos está el vicepresidente primero del Consejo de Estado, Miguel Díaz-Canel, llamado a continuar la revolución cubana bajo la tutela del menor de los Castro, que seguirá al frente del Partido Comunista Cubano (PCC), «fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado».

Solo los miembros de la Asamblea Nacional pueden ser presidentes y entre ellos no estará el coronel Alejandro Castro Espín, jefe de la inteligencia y la contrainteligencia e hijo mayor del actual presidente.

El nombre del sucesor está tan asumido que casi nadie en las calles de La Habana da opciones a los outsiders, en lo que coinciden con politólogos, diplomáticos y cubanólogos, especialistas en rastrear mensajes ocultos en las informaciones oficiales.

También dos históricos de Sierra Maestra -el vicepresidente segundo y responsable del partido, José Ramón Machado Ventura (87 años), y Ramiro Valdés (85)- formarán parte del Parlamento. La reciente concesión de las medallas de Héroes del Trabajo los adelantan un paso al segundo plano o incluso junto al propio Raúl.

«Díaz-Canel puede ser elegido en abril, pero veremos en el futuro cambios en la Constitución cubana. Ya no existe la necesidad institucional de que un Castro (Fidel o Raúl) ejerza la presidencia al mismo tiempo del Consejo de Estado y de Ministros (artículo 74 de la Constitución). Una reforma que podría hacer la misma Asamblea Nacional y que dividiría el poder entre el presidente del Consejo de Estado y el de Ministros», dijo Alba.

«Ya lo vimos en la URSS a la muerte de Stalin, cuando el poder fue repartido entre Kruschev (secretario general del partido), Malenkov (Consejo de Ministros) y Beria (Ministerio de Interior)», agregó.

Se trataría de la conformación de una nueva arquitectura de poder, en la que Raúl Castro se mueve más cómodo: al presidente siempre le gustó ejercerlo de forma colegiada, en las antípodas de su hermano Fidel, que siempre gobernó de forma autocrática.

Miguel Díaz-Canel, vicepresidente cubano

Nacido en 1960, se graduó de ingeniero electrónico y entró en la política a los 27 años como miembro de la Unión de Jóvenes ComunistasTras pasar por todos los niveles directivos del Partido Comunista y del gobierno cubano, se perfila como el sucesor de Raúl Castro al frente del país

Redacción

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