RedacciónCon un escrutinio del 95,57 %, los resultados de las elecciones presidenciales brasileñas confirman lo que las encuestas llevaban pronosticando: la contienda final por el cargo de presidente de Brasil la protagonizarán el ultraderechista Jair Bolsonaro y el petista Fernando Haddad.
El polémico exmilitar se impuso en la primera vuelta de estos comicios con un 46,70 % de los votos, que sin embargo no bastaron para asegurarle el cargo.
Los resultados del Tribunal Superior Electoral (TSE) sitúan en segundo lugar al socialista Hadadd, candidato del Partido de los Trabajadores (PT), y que con un 28,37 % de los sufragios válidos, tiene lo suficiente para llevar a Bolsonaro a una segunda vuelta que se celebrará el próximo 28 de octubre.
De acuerdo con la legislación electoral brasileña, los dos candidatos con más votos válidos en la primera vuelta, es decir ya descontados los blancos y los nulos, tienen que medirse en un balotaje en caso de que ningún aspirante consiga más de la mitad de los sufragios.
Los comicios han sido considerados como los más inciertos en el gigante sudamericano desde el final de la última dictadura militar en 1985, debido al auge del populismo.
Sobre todo los múltiples escándalos de corrupción de los últimos años, una dura crisis económica y el alto índice de criminalidad alimentaron la frustración de los votantes brasileños.
Bolsonaro es un exmilitar de 63 años, conservador en lo político y liberal en su programa económico, que acumuló relevancia debido a sus desafortunadas frases contra mujeres, negros y homosexuales.
María Silva
La candidata ecologista Marina Silva, quinta en los sondeos, aseguró hoy que ninguno de los candidatos que polarizan las elecciones presidenciales de Brasil, el ultraderechista Jair Bolsonaro y el progresista Fernando Haddad, son una buena alternativa para la sociedad.
«Brasil vive hoy una grave crisis política, económica y social, y una profunda crisis de valores. Los dos partidos que están generando hoy la polarización no son una alternativa para la sociedad brasileña», aseguro Silva tras votar en la ciudad de Río Branco, capital de Acre (norte), estado que por su huso horario abrió las urnas dos horas después del horario oficial de Brasilia.
