Por Juan López
La importante estabilidad macroeconómica, crecimiento sostenible del PIB, promediando el 6 % anual, el valioso control de la inflación por debajo del 5 % y imprescindible paz social en la RD, durante más 16 años consecutivos, se podrían convertir en añoranzas del pasado reciente.
Totalmente contrario a las expectativas que se crearon con los resultados de las pasadas elecciones, en la RD estamos empezando a vivir bajo la presión de una delicada tríada: Aumentos considerables de las deudas, de la inflación y de acciones gubernamentales populistas.
Es innegable, la secuela de la pandemia del coronavirus es un factor de gran incidencia en las crisis sanitarias, económicas y sociales que están afectando la cotidianidad dominicana, combinándose con la llegada de un nuevo gobierno, precisamente, cuando esas crisis estaban en pleno auge.
Ahora, de acuerdo a cifras oficiales, el consolidado de nuestras deudas ronda el 70 % del PIB. Es decir, más de 18.7 % con relación al 2019; mientras que la proyección del PIB es la de contraerse en este 2021 en menos 1.5 %.
Simultáneamente, de acuerdo al Banco Central, la inflación ya supera el 6.25 %, aunque la población percibe que el aumento de los precios de los productos básicos de la canasta familiar (en especial los correspondientes a los quintiles 1 y 2) está rondando el 10 %, con tendencia a seguir incrementándose.
A ese panorama es menester agregar que, los precios del petróleo, del transporte marítimo y varios insumos extranjeros, imprescindibles para nuestra agricultura, agroindustria y comercialización están aumentando con frecuencia.
También se impone valorar que funcionarios del área económica del gobierno PRM-Abinader están preparando las condiciones para la “firma de un pacto” para una preocupante reforma fiscal, en el transcurso de este 2021.
Ignorando las consecuencias políticas y sociales de esa delicada situación económica, las ejecutorias del gobierno del PRM-Abinader, hasta el momento, se están caracterizando por improvisaciones, incoherencias entre importantes funcionarios y acciones populistas, lo cual, sin caer en una actitud pesimista, está “pintando feo el futuro” de nuestro país.
A los estrategas del gobierno del PRM-Abinader les exhortamos a reestudiar las negativas experiencias de dos gobiernos del PRD (Jorge Banco e Hipólito Mejía) que, por sus erráticas políticas económicas, enardecieron a la población que les cobró facturas y los echó del poder.
Hasta ahora, han estado subestimando a la oposición política que ha sido tímida y muy considerada, en especial por parte del PLD y Fuerza del Pueblo, que se encuentran enfocados en resolver situaciones internas y concluir sus respectivos congresos.
Ante el continuo y peligroso crecimiento de las deudas, la inflación y caída del PIB que producen aumentos del desempleo, de la pobreza junto a la decepción política que están generando varios escándalos y las ejecutorias populistas del gobierno del PRM-Abinader, se vaticina un activo y crítico despertar de la oposición política y de un sector de la sociedad civil para evitar el caos y que la RD retroceda en su meta de avanzar hacia el desarrollo económico, la modernización y el bienestar social del pueblo.
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