En la radio y en la televisión criollas, estamos viviendo la época del terrorismo de la palabra.
Seudo-comunicadores que se creen con el derecho de acabar con la reputación de gente honesta y seria.
Son, lo que yo denomino, yihadistas de la moral, del terrorismo verbal.
Seudo-comunicadores que son sicarios de gente mediocres, que asesinan a mansalva la decencia de personas trabajadoras.
Bien lo decía José Ingeniero en su libro “El hombre mediocre” que “El mediocre sólo tiene ruinas en el cerebro y prejuicios en el corazón”.
Hay falso comunicadores que están lleno de odio, que su mayor frustración es ver el éxito del otro.
En toda mi vida en los medio de comunicación he visto, oído y leído de todo y nada me inmuta, pero… en la “viña del Señor hay de todo”.
En la radio y TV hay personas honestas, no tan honestas, sin vergüenza y charlatán.
Hay personas que no tienen nada que envidiarles a una sentina, porque son coprófagos.
Son capaces de envenenarse con su propia saliva.
Estamos atentos a esa brigada de yihadista que caen “como la conga”.
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