Por Domi Garcia Saleta
Los animalistas y amantes de los animales quedaron sorprendidos con las declaraciones del director del Centro Antirrábico doctor Alejandro Guzmán, quien dijo en un programa radial de audiencia nacional que la mejor manera de eliminar la rabia y la zoonosis es con la implementación de jornadas masivas de eliminación de callejeros.
En estos tiempos donde las mascotas son consideradas parte de la familia, y en el mundo muchas fundaciones y grupos crean conciencia para su protección, defensa y cuidado, un planteamiento así resulta irracional y ofensivo.
El Centro Antirrábico tiene como propósito coordinar estrategias y acciones de prevención, vigilancia y control de las zoonosis o enfermedades de origen animal que casualmente se transmiten a las personas, pero no recuerdo un trabajo en ese sentido del antirrábico desde hace muchos años, incluso para muchos periodistas que manejamos el tema de la salud y que somos “animal lover”, ese centro estaba fuera de servicio desde hace unos años atrás.
Estamos precisamente en medio de una lucha para lograr el respeto a los animales sin hogar, que se aplique la ley sobre el maltrato y tenencia irresponsable y que las distintas demarcaciones a través de sus ayuntamientos, tal como establece la ley de Protección Animal, instalen centros de cuidado de animales.
Parece que el doctor Guzmán no conoce la ley de Protección Animal que en uno de sus artículos establece prevenir y erradicar todo maltrato y actos crueles contra los animales, hechos que los martiricen o molesten; y la obligación de velar por la salud y bienestar.
En muchos países existen leyes duras con multas por abandono y maltrato que pueden llegar a superar los 16.000 euros, en países europeos, incluso pueden acabar en una pena de cárcel de 3 años, en el mejor de los casos, como Brasil que recientemente promulgó una ley que aumenta los castigos por maltratos a los perros y gatos, mientras que en Francia desde el 2015 el parlamento aprobó una ley que reconoce a los animales como seres vivos y sensibles.
Hay países que han establecido altos impuestos a las compras de perros de raza, de este modo se consiguió desalentar el negocio.
El doctor Guzmán debe ofrecer una disculpa publica, una justificación a todos los animalistas que diariamente salen a las calles con sacos de comida en mano para que esos “callejeritos” tengan alimento, a esos animalistas que a diario y con sus propios recursos recogen de las calles a perritos sin hogar maltratados o atropellados, aquejados de distintas dolencias para ingresarlos a centros veterinarios, esos grupos que a diario se la juegan para que la ley se cumpla.
Doctor Guzmán, todos esos grupos necesitan una disculpa, y que usted asuma la dirección de esa institución con entrega y apegado a la ética, o que simplemente renuncie, de paso sería prudente que usted mostrara cuales han sido sus logros al frente del centro.
*La autora es periodista y animalista
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