Presidente y Primera Dama asisten a misa por Día de la Virgen de la Altagracia,

El presidente Danilo Medina y la primera dama Cándida Montilla de Medina asistieron este domingo a la misa conmemorativa del Día de la Virgen de la Altagracia, madre espiritual y protectora del pueblo dominicano.

El jefe de Estado y su esposa llegaron a la Basílica de Higüey a las 9:56 de la mañana, siendo recibidos por el obispo de la Diócesis de Higüey, La Altagracia, monseñor Gregorio Nicanor Peña Rodríguez.

La misa fue oficiada por monseñor Gregorio Nicanor Peña Rodríguez, y concelebrada por monseñor Santiago Rodríguez Rodríguez, obispo de San Pedro de Macorís y todo el clero diocesano.

A su llegada, el presidente de la República recibió los honores correspondientes rendidos por el Batallón de Honor de la Guardia Presidencial y una salva de 21 cañonazos.

El gobernante estuvo acompañado de la vicepresidenta de la República, Margarita Cedeño, y del ministro Administrativo de la Presidencia, José Ramón Peralta.

Junto al jefe de Estado ocuparon puestos de honor en el templo, además de la vicepresidenta de República y el ministro Administrativo de la Presidencia, los ministros de Defensa, teniente general Rubén Darío Paulino Sem y de Obras Públicas, Gonzalo Castillo.

Igualmente, las ministras de Salud Pública, Altagracia Guzmán Marcelino; de Educación Superior, Ligia Amada Melo, así como el tesorero nacional, Alberto Perdomo y el director general de la Policía Nacional, mayor general Ney Aldrin Bautista Almonte.

El presidente del Tribunal Constitucional también Milton Ray Guevara; el gobernador de La Altagracia, Ramón Güílamo, el senador Amable Aristy Castro y su esposa, Andrea Cedeño de Aristy, y la alcaldesa del municipio de Higüey, Karina Aristy.

Asimismo, participaron decenas de funcionarios de la Presidencia de la República y personalidades del sector privado.

La homilía

En su homilía, monseñor Gregorio Nicanor Peña Rodríguez hizo referencia a la importancia del Día de la Virgen de la Altagracia.

Peña Rodríguez dijo que todo el pueblo debe mantenerse en oración ante la intercesora para que abogue por nosotros.

Hizo el símil de la Basílica de Higüey con las casas de las madres, cuyas puertas siempre están abiertas para sus hijos.

Redacción

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