La decisión de normalizar las relaciones entre Cuba y Los Estados Unidos ha desatado grandes expectativas que probablemente empezarán a materializarse por donde más le interesa a las autoridades cubanas que se efectúe y no necesariamente por donde más apetecible luce el pastel para los grandes negocios. Donde y como harán convergencia los intereses, las necesidades y las posibilidades es un ejercicio que no deja de ser entretenido y a la vez revelador porque entre otras cosas, casi todo lo que se ha hablado parte de todo lo que Miami (lease EEUU) venderá Cuba y apenas se menciona todo lo que pequeño, inesperado y grande vendería Cuba a los Estados Unidos.
Tengo pocas dudas de que los pequeños negocios de todo tipo serán los primeros y los más exitosos en instalarse dentro de Cuba tan pronto las bases legales sean definidas y los términos de esa participación resulten esclarecidos.
Estamos hablando de un montón de negocios en las áreas de comida ciertamente adicionales a los famosos paladares que ya existen, reparaciones de equipo de todo tipo, labores de mantenimiento de muebles e inmuebles desde repello hasta pintura, transporte de mercancías, personas, correos, encomiendas, labores con equipos electrodomésticos, comerciales, y de manera muy especial negocios vinculados a la compra, uso y alquiler de herramientas y equipos. Muchas de estas cafeterías, fabriquitas, comedores, talleres, ferreterías y demás están dentro del rango de inversión posible de numerosas personas y encontrarán poco o ningún obstáculo de tipo legal. Este tipo de inversión, es justamente una de las más perentorias para las autoridades cubanas.
Como todo el mundo suele reconocer, Cuba está equipada con una infraestructura respetable y desde el punto de vista cotidiano, sus grandes limitaciones y fracasos se centran en el suministro de numerosos productos y servicios cuya ausencia es capaz de hacer que la gente siente sienta que su vida es miserable. Todo lo que es pequeño, todo lo que ha tenido que ver con el “comercio al detalle” ha transitado de lo difícil a lo traumático.
Las grandes ausencias no han estado en los megos proyectos ni en las megas inversiones. Cuba no ha carecido de grandes planes y una visión nacional de desarrollo incluso sin entrar a discutir los méritos o la viabilidad de esas visiones. El problema a que ha impuesto severas limitaciones han sido siempre otro. Sin desmedro de distorsiones y deficiencias importantes en el área de producción, las mayores dificultades han estado en la distribución y comercialización de productos y servicios.
Hay un aspecto del comercio minorista de bienes y servicios que nada tiene que ver con el suministro de alimentos ni con la satisfacción de necesidades sino con el imaginario de consumo pautado por la época y que desde hace tiempo penetró en Cuba a pesar de bloqueo, censura y de cualquier esfuerzo por impedirlo. Me refiero a la cultura de las marcas, al apetito por productos cuyo único mérito verdadero ha sido una muy exitosa campaña publicitaria para construir una imagen del producto.
Quiero evocar la respuesta que Mafalda tributó a Felipe en aquella famosa tira cómica cuando, al encontrarla viendo televisión le pregunta que como está el mundo. Mafalda, sarcástica y cínica como solo ella le contesta que, si consume determinada marca de pasta dental, si emplea detergente de la marca X y viste de la marca Y: “tenés que ser muy tarado para no ser feliz”
Lo que vaya a suceder con el consumo de productos y servicios de “marcas” podría aparejar sorpresas. Despojado de cualquier limite que no sea de precio ni de prohibición, el consumo de marcas puede establecerse como una pasión nacional o degradarse, perdiendo, en lugar de ganar importancia.
En otro orden de ideas debemos esperar una demanda de utilización de servicios médicos y también educativos entre otros. En EEUU hay millones de personas sin seguro médico, sin acceso a determinado tipo de escuela o entrenamiento y habrá que preguntarse, cuantos cubanos y no cubanos querrían aprovechar la formidable capacidad cubana instalada, a cuales precios y en qué condiciones de suministro.
República Dominicana, que todavía hoy sigue formando buenos odontólogos prestaba servicio a la población de ciudadanos holandeses en las Antillas por una fracción del costo y esto duró varios años hasta que las trampas por ambas partes echaron abajo el negocio. Así que, ¿cómo no pensar que, mejor equipados con medicamentos, equipos y algunas otras actualizaciones Cuba no podría montar una formidable maquinaria de servicios médicos, deportivos, artísticos etc?
Lo que resultará más difícil, laborioso e incidentado serán las normativas que finalmente sean convenidas para acoger a las grandes con poraciones respecto a las cuales es posible que las autoridades cubanas no tengan el mismo grado de interés que sobre los minoristas o detallistas. Posiblemente –porque no sabemos todo lo que se haya negociado entre las partes- habrá que encontrar formas de enfrentar los miles de demandas interpuestas en tribunales de los Estados Unidos por la expropiación forzosa de propiedades y bienes ejecutados en los primeros años de la Revolución. Este no es un problema sencillo y está lleno de ramificaciones no solamente respecto al pasado sino al presente. Las corporaciones operan con márgenes de seguridad absolutos.
Sus requerimientos son máximos y sus obligaciones son mínimas. Unas se enfrentarán con las otras y es posible que los cubanos sean muy capaces de aprovechar la competencia entre ellas para mejorar su posición negociadora. Otras firmas, personas físicas y corporaciones irán a por el litigio y contratando firmas de abogados o usando las que ya tienen a su servicio tratarán por todos los medios de incidentar, obstaculizar y derivar algún beneficio o recompensa para estarse quietos. Como manejarán todos estosconflictos se me escapa pero por ahora, mientras las remesas fluyen con mas abundancia, mientras las restricciones de viaje se eliminan del todo o se reducen, mientras se anulan las restricciones de importación y exportación de productos según las normas anteriores establecidas por el bloqueo, la gran ventaja y la gran ganadora en la normalización es Cuba.
La liberalización en materia de comunicaciones, prensa, internet, libertades públicas, derechos humanos y otros reclamos tanto de origen interno como auspiciados por Estados Unidos y otros países de la UE son parte de un proceso que de cualquier manera está ya en vías de ejecución al interior de Cuba. No hacía falta una normalización de las relaciones entre los dos países para visualizar la continuación del proceso de apertura, por lo tanto, hay razones para pensar que los cubanos hayan conseguido, finalmente, el levantamiento del bloqueo a cambio de algo que ellos de todas maneras iban a conceder.
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