El sábado 6 de julio, la vicepresidenta estadounidense Kamala Harris subió al escenario de un festival cultural de personas negras en Nueva Orleans y habló sobre la historia de su vida y lo que sentía que había logrado en la Casa Blanca.
Fue el tipo de evento al que la vicepresidenta -primera persona negra y sudasiática en ocupar el cargo- asiste regularmente desde que hace tres años y medio asumió sus funciones.
Para ese momento, el número de periodistas que seguían a la funcionaria aumentó, luego de los constantes pedidos para que Joe Biden, de 81 años, dejara atrás sus aspiraciones como candidato presidencial tras un desastroso debate contra Donald Trump y la preocupación por su elevada edad.
Este domingo, la idea de que Harris, de 59 años, sea su posible sustituta está mucho más cerca, ante la renuncia de Biden a la reelección.
A Harris le queda un largo trecho pues tendría que ser refrendada por la Convención Nacional de su partido, que se celebrará la semana del 19 de agosto.
Pero desde que comenzaron los rumores sobre Harris, analistas y encuestadoras han colocado su atención en cuán posible es que pueda verdaderamente vencer a Donald Trump.
Harris como favorita
En una entrevista de televisión, el congresista Adam Schiff de California opinó que si Biden no podía ganar tenía que «pasar la antorcha a alguien que pueda”.
Kamala Harris, añadió, “muy bien podría ganarle” a Trump.
La propuesta llamó mucho la atención entre algunos demócratas, incluidos los aliados de Biden, que ven en Harris una vicepresidenta que fracasó en su intento por la nominación demócrata de 2020 incluso antes de que se emitiera la primera votación y que ha tenido problemas por los bajos índices de aprobación durante su estancia en la Casa Blanca.
En contra de eso, importantes legisladores demócratas como Schiff y el congresista de Carolina del Sur Jim Clyburn presentaron a Harris como la sucesora obvia de Biden, algo que refrendó este domingo el actual presidente y el matrimonio formado por Bill y Hillary Clinton.
Sin embargo, Harris no ha sido la única alternativa que se ha discutido.
La lista de posibles reemplazos abarca desde un grupo de gobernadores populares (Gretchen Whitmer de Michigan, Gavin Newsom de California, Josh Shapiro de Pensilvania y JB Pritzker de Illinois) hasta el secretario de Transporte, Pete Buttigieg, y el congresista de California Ro Khanna.
Pero un memorando que circuló en línea, supuestamente escrito por algunos demócratas, exponía un argumento detallado para promover a Harris a pesar de sus “debilidades políticas”.
La publicación decía que elegir a alguien que no sea ella desorganizaría la campaña y mantendría las «disputas demócratas» en el foco de los medios durante meses.
Tras la renuncia a la candidatura de Biden, la idea de que los demócratas pasen por alto a Harris en favor de otro candidato horroriza a muchos en la izquierda del partido y en el grupo de demócratas negros.
Agregar comentario