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El complicado entramado de corrupción develado por la Procuraduría General de la República y que involucra a estamentos de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, sigue estremeciendo los cimientos de la sociedad dominicana, sobretodo con el profundo cuestionamiento a los gobiernos del ex Presidente Danilo Medina.
Las estremecedoras revelaciones del mayor del Ejército ( ERD), Raul Alejandro Girón Jiménez, de las operaciones delincuenciales en el Cuerpo Especializado de Seguridad Presidencial (CUSEP) y el Cuerpo Especializado de Seguridad Turística (CESTUR), entre otras instancias militares y de la Policía Nacional como la Hermandad de Pensionados de las FFAA y el ISPOL ( el Instituto de Seguridad Policial ), ponen al desnudo una madeja de corrupción militar por cientos de millones de pesos desde el 2012 bajo la supuesta dirección del jeje de la seguridad del ex Presidente Medina, el Mayor General ERD Adán Cáceres Silvestre y el coronel del Ejército Rafael Núñez de Aza, presunto jefe operativo y financiero de la banda delincuencial.
Girón Jiménez, que admitió su participación en el grupo como director financiero del CUSEP, revelo todos los esquemas de corrupción que dirigían el general Cáceres Silvestre y el coronel Nuñez de Aza, de quienes dijo tienen en la actualidad mucho poder en las Fuerzas Armadas y la Policía, y dan para todo.
En una maratónica exposición de varias horas que finalizó al filo de la madrugada ante el cuerpo de fiscales de persecución de la corrupción de la Fiscalía del Distrito Nacional, encabezados por sus titulares los magistrados Jenny Berenice y Wilson Camacho, el mayor Girón Jiménez, detalló que el centro de operaciones y de acopio de millones de pesos mensuales de la red mafiosa, estaba en la casa del coronel Núñez de Aza, en el residencial Colina del Oeste.
Al tiempo de hacer la delación a los magistrados de la Fiscalía, el oficial que pidió protección para él y su familia por la gravedad de su denuncia, dijo que lo hacia para no hablarle mentiras al tribunal «porque ellos tienen todas las prueba» de las operaciones del grupo y porque erróneamente los abogados de la defensa del general Cáceres Silvestre y el coronel Núñez de Aza, pretendían imputarle a él la responsabilidad de todas las acciones del grupo.
La sociedad dominicana ha reaccionado con asombro, desprecio y estupefacta por el nivel de podredumbre y robos del dinero público en los altos estamentos militares y de la Policía, denunciado por Girón Jiménez.
Que se recuerde es la primera vez que se produce una revelación sobre la corrupción en los cuarteles, un tema casi siempre vedado por tratarse del involucramiento del jefes militares.
La revelación sobre el grupo delincuencial que presuntamente dirigía el jefe del Cuerpo de Seguridad Presidencial, Cáceres Silvestre y el coronel Núñez de Haza, pone al filo del cuchillo a generales, oficiales superiores y subalternos en una amplia organización delictiva que durante años les ha robado al Estado cientos de millones de pesos con un esquema de corrupción disfrazado de programas de especialismos y pensiones que ahora deberán ser revisadas por los últimos diez o veintes años para establecer su verdadera legalidad y justeza en los rangos.
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