El MotínRedacción El Motín.-El ex Presidente Danilo Medina está abatido y «muy preocupado» por la última embestida de la justicia contra miembros de su más estrecho círculo en la parte militar, con el encierro en la cárcel pública de Najayo de su jefe de Seguridad, el mayor general Adán Cáceres Silvestre, imputado por la Fiscalía General como presunto jefe de una red de corrupción en las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, que habría robado mas de 3 mil millones.
De acuerdo a una fuente muy cercana, el ex jefe de Estado «está triste, no habla mucho, ha disminuido su exposición en lugares públicos de su propio entorno», y solo se le ve acompañado de su más cercano e histórico colaborador y compadre Carlos Pared Pérez (Carlitos).
A principios de la semana pasada, Danilo fue varias veces a su oficina de la Casa Presidencial del PLD, «siempre con Carlito al lado, pero se marcharon rápido, sin esperar mucho tiempo y sin reunirse con nadie», dijo la fuente.
Posteriormente, se dijo, el ex Presidente Medina canceló todas las reuniones que tenía apuntada en agenda, y solo recibió a algunos connotados miembros del Comité Político del Partido de la Liberación Dominicana y ex funcionarios muy cercanos en su gobierno, algunos de ellos salpicados por denuncias de corrupción.
«El hombre está apagado… se les nota que está pasando por momentos emocionales muy difíciles con todas éstas investigaciones que lleva a cabo la Procuraduría por corrupción de muchos de sus colaboradores en el Gobierno», comentaron los informantes.
El General en Najayo
El Mayor General activo del Ejército Cáceres Silvestre, jefe del Cuerpo Especializado de Seguridad Presidencial (CUSEP), fue detenido hace tres semanas bajo una investigación de la Procuraduría Especializada de Persecución contra la Corrupción, que lo responsabiliza de una agrupación delictiva que involucra a altos militares y de la Policía, así como al Cuerpo Especializado de Seguridad Turística (CESTUR), y que habría obtenido dinero publico por más de 3 mil millones.
En el grupo están vinculados un ex general de la Fuerza Aérea, un ex sub jefe de la Policía, el coronel Rafael Núñez de Aza, denominado jefe operativo de la red, el mayor Raúl Jiménez Girón, que hizo las delaciones a pedido de la Fiscalía y la supuesta «pastora» Rossi Guzmán, entre otros militares y civiles.
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