BERLÍN.-‘Der Spiegel’ es la revista semanal más leída de Alemania y desde 1947 una de las publicaciones de referencia de un país en el que se siguen con enorme interés los acontecimientos de la Casa Real española, especialmente en medios de carácter sensacionalista como ‘Bunte’. Por eso no podemos pasar por alto un demoledor artículo firmado por Helene Zuber, quien lleva escribiendo sobre nuestro país desde 1985 y es corresponsal en España desde 2001. Son diversos los antecedentes que podemos subrayar para entender la medida de sus afirmaciones. Ya en 2012 participó en un artículo en el que manifestaba que el Rey emérito simpatizaba con los golpistas del 23F («El rey español Juan Carlos I se expresó con comprensión y una benevolencia inusual con los militares leales a Franco») y posteriormente mantuvo la tesis de que si FelipeVI quería salvar la monarquía debía producirse un acercamiento a la juventud.
Ahora nos llega un artículo titulado «Ascenso y caída del antiguo rey Juan Carlos», con un antetítulo de lo más significativo, «El último macho». Y ya en la entradilla sintetiza el propósito del mismo: «Después de la era de Franco, el rey Juan Carlos I ayudó a su país a convertirse en próspero y democrático. En la actualidad está en el exilio, con su legado ensombrecido por posibles conexiones con fraude fiscal. ¿Qué ha pasado?».
La periodista da fuste a sus afirmaciones con el hecho de haber seguido al rey Juan Carlos en numerosas ocasiones, de las que destaca un viaje a Cuba en noviembre de 1999, cuando el monarca fue recibido por Fidel Castro en el aeropuerto de La Habana, con la gente aclamándole al grito de «Larga vida a España» y «Viva el rey». Una muestra del enorme predicamento del que gozaba el ahora emérito no solo en nuestro país sino también fuera de nuestras fronteras. «Tenía 61 años y se encontraba en la cúspide de su estatura internacional. A la gente le gustaba incluso en su país, sin importar si estaban a la izquierda o a la derecha del espectro político».
La periodista ha tenido en cuenta este recuerdo ya relativamente remoto al ver otra imagen de muy distinta naturaleza el pasado mes de agosto: «Una web española publicó una imagen del rey que mostraba a un anciano con el rostro oculto detrás de una mascarilla, apoyándose en la barandilla mientras bajaba las escalerillas de un avión privado.(…) Juan Carlos I, de 82 años, que abdicó en 2014, había dado la espalda a su país, debilitado por la enfermedad, herido por el desprecio de muchos de sus compatriotas tras varios escándalos».
En clave actual, Zuber: «Había cometido demasiados errores en los últimos años, hasta el punto de que se había convertido en una carga para su hijo, Felipe VI, para la monarquía y para la estabilidad del sistema político español. El ascenso y la caída de Juan Carlos I ilustran los profundos cambios que ha sufrido España en los 45 años que han pasado desde la muerte del dictador Francisco Franco, en 1975″.
Además de realizar un recorrido por los grandes hitos del monarca, la periodista no se olvida de recordar su carisma, lo que fomentaba su buena relación con los medios de comunicación: «Recuerdo cómo nos recibía siempre a los corresponsales extranjeros durante los viajes y las recepciones y se dirigía a nosotros en inglés, francés y, a veces, incluso con algunas palabras en alemán. La prensa se abstuvo de criticarlo públicamente, incluso si su estilo de vida proporcionaba suficiente munición para los chismes».
Y los ‘chismes’ se refieren a la vida sentimental que ha emergido en los últimos años: «En la isla de Mallorca hubo rumores de una relación con una decoradora de interiores. En Madrid algunos dijeron que el rey recorría la ciudad con frecuencia en su moto vestido de cuero, solo para desaparecer en el garaje de una exreina de la belleza. En verano se paseaba en el Fortuna, un yate que le regaló un grupo de empresarios baleares. Cuando los paparazzi ofrecieron a los periódicos fotos de desnudas tomadas a bordo del barco, ninguno quiso imprimir las imágenes. Se hablaba de banqueros y financieros de reputación dudosa, pero la mayoría de los españoles estaban orgullosos de su rey macho que perseguía a las mujeres».
Además de desmenuzar el escándalo de Corinna Larsen y las dificultades que atraviesa nuestro país mientras han estallado estos escándalos con ramificaciones judiciales en Suiza y en España, la autora del artículo acaba destacando el gran reto del actual rey: «Felipe VI debe ahora a las nuevas generaciones lo ventajoso que es para España no elegir un jefe de Estado entre partidos políticos conflictivos y explicar a su país por qué es necesaria una familia real».
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