El Santo de los periodistas, ¿por qué esa coronación papal?

Y II

Oscar López Reyes

La palabra oral y las hojas sueltas suplicaron y obraron, en la baza de la sotana, con pujante supremacía, en la persuasión y la convicción. La prédica de Francisco de Sales reconquistó y atrajo hacia el catolicismo de la Iglesia de Roma a más de 72 mil almas, virtuosidad que se enhebró como un referente paradigmático en la memoria eclesiástica universal.

Entre 1594 y 1597 desarrolló su obra misionera en El Chablais, cerca de Ginebra, que había sido influenciada y avasallada por el teólogo Juan Calvino, un gestor de la Reforma Protestante contraria a la doctrina tradicional de la Iglesia Católica Romana. Predicando a “las ovejas perdidas” en villas y poblados, resistiendo frío y carencias alimenticias en el borde de atentados criminales, reconquistó a una inmensidad de antiguos feligreses y potenciales fieles católicos.

Para llegarles refutando las ideas calvinistas, Francisco de Sales se ingenió la redacción de octavillas y pasquines, con noticias y mensajes en contra de “los herejes” protestantes del calvinismo. Escribió manuscritos, que en horas nocturnas tiraba clandestinamente por debajo de las puertas de las casas. Esos textos fueron publicados, en 1672, en el libro “Controversias”.

Más alejado en el tiempo, en el siglo Primero antes de Cristo, el célebre estratega político-militar Julio César colocó, en el “Foro Romano”, el Acta diurna, un diario romano que marcó un hito en el reconocimiento de la trascendencia de la opinión pública.

En 1450, Juan Gutenberg inventó la imprenta, en Alemania, y a partir de entonces pulularon las hojas sueltas impresas. La primera fue distribuida en 1529, en Viena, para exhortar a sus nativos a prepararse para contener a los turcos que sitiaban la ciudad. Y en 1605 apareció en Amberes, China, el primer periódico de la historia: El Nieuwe Tijdingen. Ese mismo año circuló en Alemania el periódico impreso “Strassburger Relation”.

Posteriormente, fueron editados el Mercurius Galo-Belgicus (una hoja volante), El English Mercurie (1588) y el Mercurius Britnannicus (1632). Este último se estampó como el primero en ser censurado por el gobierno y, a la vez, en triunfar en una contienda por el derecho de ejercer libremente, en virtud de que, en 1641, un juez evacuó una sentencia en la que se estipuló que “La libertad de prensa es nuestra libertad”.

En el siglo XVIII, las hojas volantes reinaron en la Iglesia Católica de Alemania, Francia e Inglaterra, que cada domingo distribuía en los templos con informaciones y orientaciones a los congregantes.

Formado en una escuela de la Compañía de Jesús, instituida por San Ignacio de Loyola, el antiguo plumilla (identificado como periodista a partir de 1763), Francisco de Sales se convirtió así en un precursor de la prensa escrita artesanal. Siguiendo sus pautas, casi 40 años después, la Iglesia Católica editó (1631) su primer órgano de prensa: La Gazzeta de Francia, el primer periódico del país y el séptimo mundial.

A los 219 años, contando con respaldo financiero del papa Pío IX, fue impresa en Nápoles y muy pronto trasladada a Roma, Italia, la revista La Civilita Catòlica (Civilización Católica), la voz de los jesuitas, para instruir a los devotos sobre temas dogmáticos y teológicos y responder – el primer y el tercer sábado de cada mes- las embestidas de los liberales y masones. Ha circulado durante 170 años (1850-2020), últimamente quincenalmente, en los idiomas español, francés, inglés, coreano y japonés.

Otro rotativo, L´Osservatore Romano (Observatorio Romano), comenzó a ser editado diariamente, en 1861, como vocero de la Ciudad del Vaticano, que divulga informaciones sobre el Papa e inserta artículos escritos por clérigos. Publicado en diferentes idiomas, con sus lemas “unicuique suum” (“A cada uno lo suyo”) y “Non Praevalebunt” (“Las puertas del infierno no prevalecerán”, se ha mantenido hasta el 2020.

En el ocaso del siglo XV (1599), Francisco de Sales prosiguió exhibiendo con elegancia su túnica, alzacuello o collarín blanco en el pecho, su escapulario y cogulla en monasterios o conventos, y en las liturgias clericales. Como obispo coadjutor de Ginebra fundo la “Santa casa de Thon”, para la educación, que amplio luego que tomó posesión como obispo.

En el ejercicio de su ministerio sacerdotal también fundó la Academia Florimontaña, para fomentar los estudios de las artes y las ciencias, y la Orden de la Visitación de Santa María, junto a la baronesa Juana Francisca de Chantal, para la formación de las religiosas. En 1618 conoció a San Vicente de Paúl, en quien influyó preponderantemente.

En el viaje de las centurias, su doctrina y labor pastoral también impactó al santo italiano San Juan Bosco, quien postuló que “Francisco de Sales fue el hombre que mejor ha reproducido al Hijo de Dios viviente en esta tierra”, y que es “el más humano de los santos; el santo de la amistad, de la alegría y del optimismo” (1).

En su diócesis del monasterio de la Visitación de la ciudad de Lyon, y fatigado por la faena de los años, comenzó a tener problemas con el hígado.  El 27 de diciembre, Día de San Juan Evangelista, sufrió un desmayo, pero brevemente se recobró de la parálisis. Pronto cayó en agonía, y pronunció su última palabra: Jesús. El 28 de diciembre de 1622, Día de los Santos Inocentes, exhaló por última vez, sosegado, a los 20 años y a los 56 años de edad, cuando el promedio de vida era inferior a los 40 años.

Su cuerpo fue trasladado a Annecy, y luego de ser embalsamado, expuesto con sus vestimentas episcopales, en la catedral del Monasterio de la Visitación, donde lo sepultaron el 24 de enero de 1924; ahora esa fecha es su festividad en el santoral católico.

El 21 de noviembre de 1877, el Papa Pío IX proclamó a Francisco de Sales patrono y modelo de la prensa católica, por defender la verdad cristiana con la palabra y la pluma. Y el 26 de enero de 1923, en la conmemoración de los 300 años de su fallecimiento, fue proclamado por el Papa Pío XI, mediante la encíclica Rerum Omnium Perturbationem “La perturbación de todas las cosas”, patrón de los periodistas y escritores.

La solemne carta circular del Vaticano “a nuestros venerables hermanos los patriarcas, primates, arzobispos, obispos y otros ordinarios en paz y comunión con la sede apostólica” (2) encierra una descripción semblántica del canónico. La resumimos en seis apartados, con palabras exclusivas del texto pontificio: valenía, sueltos, verdad, controversias, libros y modelo.

1.- PERIODISTA:

Durante tres años (1594 y 1597), un antiguo plumillo (antecesor del periodismo), Francisco de Sales, periódicamente escribió a manos octavillas y pasquines contentivos de noticias y opiniones, que distribuía a hurtadillas en la oscuridad de la noche entre feligreses de El Chablais. El periódico artesanal aún no había nacido, aunque su ejercicio se tiende como un antecedente de éste. Empleó la pluma como apostolado, para la polémica teológica, y para defenderse de las invectivas en su contra lanzadas por los calvinistas.

No buscó informaciones en las fuentes, ni escribió en una sala de redacción. O sea, no fungió como reportero. Más bien, empleó la palabra escrita para la orientación y la persuasión en el ideal cristiano. Treinta y siete años después del experimento iniciado en 1594, aparece el primer periódico de Francia, La Gazetta, en 1631, y a los 169 años (1763) fue acuñado el adjetivo periodista.

Por lo tanto, como intelectual divino y como maestro culto, Francisco de Sales ejerció una especie de periodismo de opinión y cimentó la ruta hacia el diarismo. En República Dominicana y otros países, los primeros redactores de periódicos no fueron reporteros, sino políticos y maestros.

Sus extraordinarios dotes para escribir hojas cristianas periódicas y pronunciar sermones en los púlpitos le abrieron las compuestas para hacerse acreedor del calificativo “periodista”.

2.- CARTAS:

Habitualmente, Francisco de Sales escribía, también a manos, cartas destinadas a fieles, contentivas de consejos sobre dificultades personales. También a las religiosas de la Visitación, a sacerdotes y obispos de la Iglesia Católica.

Sumaron más de mil, y fueron publicadas en las obras “Cartas espirituales”, en 1671, con 898 páginas, en Madrid, España, con 532 epístolas, y “Cartas religiosas”, editadas en 1988, con 224 páginas.

3.- LIBROS:

Francisco de Sales tuvo una gran vocación por las letras, y entre los cultos desde los púlpitos y las prédicas hogareñas, con la cruz sobre su pecho, vestiduras y otros ornamentos sagrados, se explayó en el apostolado de la pluma. Desde su ordenación sacerdotal escribió más de 20 folletos y libros, publicados entre 1597 y 1988.

Estas son sus obras: Virtudes de la señal de la Cruz, Consideración sencilla sobre el Símbolo (credo) de los apóstoles, Defensa del estandarte de la cruz,
Instrucción a los confesores, Introducción a la vida devota, Tratado del amor a Dios, Opúsculos, Cartas, Sermones, Ensayo sobre la ética cristiana, Tratado sobre la Eucaristía, Dos tratados sobre la virginidad de la Santísima Virgen María, Tratado sobre demonomanía, Conferencias espirituales o pláticas, en la Orden de la Visitación, Cartas espirituales, Controversias y Cartas religiosas.

Extracto: San Francisco de Sales fue un precursor de manuscritos o comunicación pública denunciativa, preámbulo de la prensa escrita francesa, y un carismático pastor secular, que ha inspirado la conformación de congregaciones, monasterios, institutos y asociaciones laicales. Su hacendosa obra misionera mereció el padrinazgo de distintos papas, especialmente de Alejandro VII, Pío IX y Pío XI.

El 4 de diciembre de 1963, el Papa Pablo VI floreó otro gran empuje comunicativo. Expidió el decreto Inter Mirifica del Concilio del Vaticano II sobre la prensa, el cine, la televisión y otros de inferfaces, que en su capítulo I urge en la necesidad de predicar el mensaje de salvación, con la ayuda de ellos, y enseñar su recta utilización.

Los pasquines y socialización oral de persona a persona de Francisco de Sales en la evangelización tamizaron la prensa escrita, radial y televisiva, y ahora ritualizan, con bilocación virtual, la internet y las redes sociales. Todos ellos son mutuamente interpuestos en las dos primeras décadas del siglo XXI, y se actualizan en las jornadas mundiales de las comunicaciones sociales.

PROPUESTAS CONCLUSIVAS:

En su interaccionismo simbólico multidimensional y pedagogía de la solidaridad, los medios de comunicación social se concatenan como un nuevo y efectivo camino para la información y educación cristiana, enlazando con la justicia y el bien común. Clasificamos en seis sus roles:

1.- Emularlo: defendiendo la verdad, con más ahínco en la grieta de la post-verdad en que sojuzgan las informaciones falsas y la manipulación intencionalmente tergiversativa, que desnaturalizan los hechos, perturban y deshonran.

2.- Promover: el humanismo, la inclusión caritativa y el bienestar de la sociedad, inspirado en la doctrina cristiana, la eclesiología y en las virtudes y postulados que adornaron al beato francés, así como la autocomunicación con Dios y la comunión.

3.- Amar: la profesión y desempeñarla con la honestidad que plantean los principios éticos.

4.- Glorificar: la claridad y vivacidad del estilo redaccional, para reforzar la pureza y el encanto del idioma.

5.- Polemizar: con regia y convincente argumentación, moderación y sin agraviar ni humillar al discrepante.

6.- Implorar: la protección del Santo Doctor en la calceta del ejercicio profesional y el mechón de tragedias, calamidades y contrariedades, como consuelo para la paz del alma.

El Motín

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