El PRM

POR ALBERTO QUEZADA

El Partido Revolucionario Moderno (PRM) ha adoptado en las últimas semanas  dos medidas institucionales a lo interno de esa organización política que a mi modo de ver lo colocan,  sin dudas,  en la senda de la confrontación en el corto y mediano plazo.

La primera medida adoptada y puesta en ejecución por el PRM, la cual entendemos pudiera ser un elemento alentador  para materializar el planteamiento que sustentamos, es la que tiene que ver con la revisión y actualización a los estatutos de ese colectivo partidario para permitir la reelección presidencial.

Esta primera medida, aunque no se haya dicho, ha generado bastante rechazo y amargura en sectores importantes de los perremeistas seguidores del doctor José Francisco Peña Gómez, quien históricamente se opuso a la reelección presidencial.

 Entienden esos sectores, además, que la referida  medida es una negación flagrante  a los principios enarbolados por el doctor Peña Gómez hasta la hora de su muerte.

La segunda medida institucional puesta en marcha por  ese grupo político, la cual ha generado más inconformidad, es la que indica que la escogencia de las autoridades partidarias deberá de realizarse mediante la celebración de convención de delegados y no a través de votación universal de sus miembros.

Esta decisión dada a conocer por las autoridades de ese partido ha caído muy mal, al punto que ha generado un levantamiento mediático de un sector importante que a medida que va pasando el tiempo toma más velocidad.  

El malestar producido por ambas medidas está  latente, aunque aparentemente todo se vea bien y normal, eso no es verdad; hay una inconformidad que subyace en amplios sectores del partido oficial que en cualquier momento pudiera estallar.

La alta dirigencia de esa entidad partidaria con la adopción de esas dos medidas, conscientes o inconscientes,  vuelve  a desandar  los pasos  que en otrora confrontara, dividiera y destrozara su vieja casa, el Partido Revolucionario Dominicano (PRD).

Esta situación hay que recordar que condujo a esa institución política a la división y posterior separación por 16 años de la conducción del Estado y la administración del Gobierno. Ya lo saben.

El autor es periodista y magíster en derecho y relaciones internacionales. Reside en Santo Domingo. Quezada.alberto218@gmail.com  

El Motín

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