El director adjunto de la UNESCO, Xing Qu (2º dcha.), observa unos manuscritos antiguos el 31 de marzo del 2021.

El plan de la ONU para controlar Internet

Una poderosa agencia de las Naciones Unidas presentó un plan para regular las redes sociales y la comunicación en línea y reprimir lo que describe como “información falsa” y “teorías conspirativas”, lo que desató la alarma entre los defensores de la libertad de expresión y los principales legisladores estadounidenses.

En su informe de 59 páginas publicado este mes, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Cultura y la Ciencia (UNESCO) esboza una serie de “medidas concretas que deben aplicar todas las partes interesadas: gobiernos, autoridades reguladoras, sociedad civil y las propias plataformas”.

Este planteamiento incluye la imposición de políticas globales, a través de instituciones como gobiernos y empresas, destinadas a frenar la propagación de diversas formas de discurso al tiempo que se promueven objetivos como la “diversidad cultural” y la “igualdad de género”.

En concreto, la agencia de la ONU pretende crear un “Internet de confianza” atacando lo que denomina “desinformación”, “discurso del odio” y “teorías conspirativas”.

Ejemplos de expresión marcados para ser detenidos o restringidos incluyen preocupaciones sobre las elecciones, las medidas de salud pública, y la promoción que podría constituir “incitación a la discriminación”.

Los críticos advierten de que las poderosas fuerzas del gobierno y las grandes tecnológicas utilizan cada vez más las acusaciones de “desinformación” y “teorías de la conspiración” para silenciar la información veraz e incluso el discurso político básico.

Este mismo mes, el Comité Judicial de la Cámara de Representantes de Estados Unidos publicó un informe en el que denunciaba la “pseudociencia de la desinformación”.

Entre otras preocupaciones, el comité descubrió que esta “pseudociencia” fue “convertida en arma” por lo que los legisladores denominan el “Complejo Industrial de la Censura”.

El objetivo: silenciar el discurso político protegido por la Constitución, sobre todo el de los conservadores.

“La pseudociencia de la desinformación es ahora —y siempre ha sido— más que una artimaña política dirigida con mayor frecuencia contra comunidades e individuos que sostienen puntos de vista contrarios a las narrativas predominantes”, afirma el informe del Congreso, “The Weaponization of ‘Disinformation’ Pseudo-Experts and Bureaucrats”.

De hecho, muchas de las políticas reclamadas por la UNESCO ya fueron aplicadas por plataformas digitales con sede en Estados Unidos, a menudo a instancias de la administración Biden, según deja claro el último informe del Congreso.

En el Capitolio, los legisladores expresaron, no obstante, su alarma por el nuevo plan de la UNESCO.

“Critiqué pública y repetidamente la equivocada decisión de la administración Biden de reincorporarse a la UNESCO, poniendo a los contribuyentes estadounidenses en el compromiso de desembolsar cientos de millones de dólares”, declaró a The Epoch Times el presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, Michael McCaul (republicano de Texas), en relación con el plan de las redes sociales.

Calificando a la UNESCO de “entidad profundamente defectuosa”, McCaul dijo que le preocupa especialmente que la organización “promueva los intereses de regímenes autoritarios, incluido el Partido Comunista Chino”.

De hecho, la UNESCO, como muchas otras agencias de la ONU, incluye a múltiples miembros del Partido Comunista Chino (PCCh) en sus filas directivas, como el Director General Adjunto Xing Qu, según informó The Epoch Times.

El PCCh dejó claro en repetidas ocasiones que, incluso cuando trabajan en organizaciones internacionales, se espera que los miembros del PCCh sigan las órdenes del partido comunista.

Los legisladores de la Subcomisión de Asignaciones de la Cámara de Representantes que se ocupa de las organizaciones internacionales están trabajando actualmente para recortar o reducir la financiación de varias agencias de la ONU que, según los legisladores, utilizan indebidamente el dinero de los contribuyentes estadounidenses.

El gobierno de Estados Unidos ya abandonó la UNESCO en dos ocasiones —bajo las administraciones Reagan y Trump— debido a la preocupación por lo que las administraciones describieron como extremismo, hostilidad a los valores estadounidenses y otros problemas.

El gobierno de Biden se reincorporó a principios de este año a pesar de las objeciones de los legisladores.

El plan de la UNESCO
Aunque se comercializa como un plan para defender la libertad de expresión, el nuevo régimen regulador de la UNESCO exige la censura internacional por parte de reguladores “independientes” que estén “protegidos de intereses políticos y económicos”.

El Motín

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