Cuando los empresarios lanzaron la iniciativa que persigue devolverle al país cierto grado de credibilidad y transparencia institucional advertí que ya el señor Medina había marcado la pauta de su primera, aunque no única respuesta, al imponer a su hermana como presidente de la Cámara de Diputados.
También advertí que el gobierno emprendería su propia campaña de descrédito, diversionismo y confusión. Ya empezaron con dos artículos, uno de Encarnación Pimentel que da pena y otro del inefable César Medina que se deleita dando cuenta de un documento que, según su relato, recogería el descontento de otros empresarios con la presidencia de Papo Blanco y su injerencismo político partidario.
Debemos esperar más de lo mismo pero también una gestión muy activa para sobornar empresarios, chantajearlos, presionarlos y dividirlos para que la iniciativa se venga abajo porque Danilo ni quiere ni le interesa ningún pacto social.
A Leonel Fernández se le advirtió que Danilo Medina no le daría tregua y que usar a Quirino para desacreditarlo e invalidarlo no era el final sino el principio de la historia. Pero Fernández no hizo caso a esa ni otras advertencias porque además de ser reo de confianza de Danilo Medina, está paralizado por el miedo. Invalidar a Leonel por un lado despeja un actor posible del escenario y ese vacío, naturalmente, desata el esfuerzo de otras personas por llenarlo lo cual tampoco quiere decir que lo hagan con competencia.
Por otro lado me recuerda un expediente cuya veracidad no garantizo porque no trato de ser históricamente correcto sino y solamente alegórico. Se cuenta que cuando iban a fusilar a Pepillo Salcedo en Maimón, tras sacarlo de la fortaleza de Puerto Plata donde estaba prisionero éste pidió y le fue entregada una vara con la cual midió el tamaño del hoyo cavado para enterrarlo y le dijo a Lilís o al otro militar que lo custodiaba en la ceremonia que le llevaran esa vara a Gaspar Polanco y que le dijeran que, con esa misma lo iban a medir a él. Pocos meses después, Gaspar Polanco que había derrocado a Pepillo Salcedo, fue a su vez derrocado. Lo mismo que le ha hecho Danilo Medina a Leonel Fernández se lo harán a él aunque, ni él se lo cree ahora ni tampoco Leonel se lo creyó cuando muchos le dijimos y advertimos que podría verse como advirtió Meriño a Báez al juramentarse por 5ta. Vez en la presidencia:
“Mas no os alucineis por ello que, en pueblos como el nuestro, tan fácil es pasar del destierro al solio como descender de este ante las barras del senado”.
El Colegio Médico Dominicano ahora dirigido por el Dr. Ariel Suero quien no goza de la simpatía ni aceptación del gobierno encabeza desde hace meses la lucha de los médicos por mejores condiciones de trabajo. El gobierno fingió que le interesaba el tema y hubo negociaciones que se estancaban, se movían, se estancaban de nuevo y así continuaban ad infinitum en un círculo vicioso. ¿Que hizo Danilo Medina? Comprar, corromper, engañar y de cualquier manera dividir a los médicos; firmó con diferentes gremios sectoriales unos acuerdos cuyo contenido y especificaciones no importan porque, en este caso también, lo importante es la disposición de Medina de no negociar, de no otorgar nada, ni siquiera legitimidad a gremios ni representantes ni negociadores que no sean de su agrado. Todo aquel que no sea capaz de verse en este espejo comete una grave imprudencia y lo hace a su propio riesgo.
Los que han participado en las negociaciones para el llamado pacto eléctrico han vivido la misma historia y al final, como ya ha sido denunciado, harán lo que quieran, según les de su santa gana.
Los que ahora piden, reclaman o exigen un pacto social condicionante de la nueva reforma fiscal que quiere el PLD-Medina deben saber a lo que se enfrentan.
Danilo Medina dejó claro que él quería SU Congreso, SUS senadores y SUS diputados. El quiere SU reforma fiscal, como todo, a SU manera, en SU tiempo, a la medida de SU intolerancia, de SU ambición y de SU falta de escrúpulos. Quien fue capaz de comprar todo el congreso para imponer su reelección y fraguó con otros el fraude electoral más impresionante en la historia dominicana no se detiene ante nada a menos que sea obligado a hacerlo.
Por más deseos de restauración democrática que alberguen muchos dominicanos, por más necesidad que tengamos de restaurar las instituciones corrompidas y pervertidas por el PLD en mayor medida y escala que todos sus predecesores, por más deseos de paz y armonía que tengamos los dominicanos la verdad es una sola:
Danilo Medina no dará nada. Lo quiere todo. El enfrentamiento es inevitable.
Su gran debilidad es la ilegitimidad de su gobierno. Nuestra gran debilidad es la falta de respeto a nosotros mismos, propensos y dispuestos siempre a vender el alma. Nuestros enemigos son el ruido, la chercha, el consumo, el entretenimiento y la ignorancia. La gran fortaleza de Medina es su paciencia y su capacidad de trabajo. ¿Qué quiere Danilo? Está urgido de legitimidad que solo nosotros podemos conferir. ¿Irá la oposición a celebrar el fraude el 16 de agosto?
¿Dónde está nuestra gran fortaleza? Esperando que la descubran, la fecunden y la hagan parir.
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