Por Juan TH
El gobierno del presidente Luis Abinader parece no tener una política gubernamental coherente con su programa de gobierno que fue exitoso durante la campaña electoral permitiéndole venderlo como una oferta de cambio del sistema político puesto en práctica por los gobiernos del Partido de la Liberación Dominicana que dirigieron Leonel Fernández y Danilo Medina.
El cambio político ofrecido por Abinader prendió en el seno del pueblo, tanto que le permitió ganar los comicios en primera vuelta a pesar de los esfuerzos de Danilo Medina por impedirlo utilizando los recursos del Estado.
Abinader prometió sanear el Estado mediante políticas públicas transparentes y honestas dejando claro que no tolerará la corrupción y que su administración estará caracterizada por el fin de la impunidad y castigo a los desfalcadores del Estado. Las señales fueron claras al designar a Miriam Germán como Procuradora General de la República y al señor Carlos Pimentel al frente del departamento de Compras y Contrataciones, ambos sin militancia partidaria y una práctica social apegada a valores éticos y morales.
El presidente ha dado señales claras de sus objetivos en el manejo de los fondos públicos; ha eliminado o fusionado instituciones o departamentos innecesarios, de igual manera ha economizado miles de millones de pesos eliminando botellas, nominillas, etc.
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