Por Manuel Nova
Juan Pablo Duarte y Diez, Padre de la Patria dominicana, continúa como el gran desconocido para una mayoría de la población, 176 años después de la gesta que él ideó y planificó, la Independencia nacional el 27 de febrero de 1844.
Ríos de tinta han corrido, plasmados en “biografías” y ensayos, intentando desentrañar la personalidad y la vida del prócer libertador.
Unas de las obras más discutidas ha sido “El Cristo de la Libertad”, del ex presidente Joaquín Balaguer. Obra poco apreciada por los realistas que observan en este libro un vano intento por mistificar, inmortalizar a un Duarte que fue un hombre de carne y hueso, con defectos y virtudes.
A través del tiempo, como la historia la escriben los vencedores, y quienes se impusieron a Duarte fueron sus enemigos, se ha intentado distorsionar el ejemplo y la acción viril de esta figura dominicana excepcional.
El Instituto Duartiano, con el doctor Wilson Gómez a la cabeza, libra una lucha titánica por el respeto, la preservación de la memoria y la exaltación del legado del patricio.
El pueblo dominicano se merece una biografía, un estudio y ensayo acabado sobre el mártir de la independencia dominicana.
Pero no esas biografías regias y estadísticas que nadie acepta el desafío de leer y por el contrario duermen el sueño eterno en los estantes de los libreros y de las bibliotecas.
De Duarte hay que hacer una biografía amena, anecdótica, con trazos inclusos novelescos, similar a las obras de reputados autores como Emil Ludwig, con su obra “Lincoln”, Stefan Zweig, con “María Estuardo” y Gabriel García Márquez, con Simón Bolívar : “El General en su Laberinto”.
Una obra de fácil y entretenida lectura, apegada a la verdad histórica, que desmitifique a Duarte pero que también demuestre su valor personal, su reciedumbre, su intelectualidad, que lo sacrificó todo por la libertad de su pueblo y su alma incorruptible.
En fin, una biografía definitiva que permita al pueblo dominicano conocer quién realmente fue su Padre de la Patria.
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