Ingeniero agónomo y dirigente social Manuel Benítez

Benítez, el valor de la dignidad

Si a los valores comunitarios, si a la reserva moral le fuera posible abrirse camino al andar entre tanto lodo y tantas traspisondas, si a los hombres que luchan y no se cansan de luchar por un país de mejor destino, si a los que luchan por convertir a sus pueblos en conglomerados sociales dotados de los servicios básicos y una mejor convivencia humana, Manuel Benítez no tendría que aspirar a una regiduría en su pueblo, Sabana Grande de Boyá, sino que fuera, por fuerza moral, por fuerza de gravedad, un munícipe legislando y procurando mayor calidad de vida para su comunidad.

Ingeniero agrónomo de profesión, extraído de un hogar humilde pero de mucha dignidad, Benítez lucha por un país mejor, por un pueblo que al menos sus gentes se desarrolle con dignidad; él es la máxima expresión del liderazgo joven de Sabana Grande de Boyá, y así anda, camina y no se cansa de andar y caminar porque prevalezcan las igualdades sociales establecidas en nuestra Constitución.

Benítez asumió la bandera en contra del establecimiento de la cementera de Gonzalo, y en esa línea siempre con su bandera de lucha en alto, no cesó hasta desmantelar ese despropósito que de haberse concretado hubiese eliminado de golpe y porrazo no sólo el Parque Nacional de Los Haitises sino que hubiese acabado toda el agua que consume la provincia de Monte Plata y una gran parte del Gran Santo Domingo.

Pero su lucha por la preservación de nuestras reservas ecológicas no se para ahí; Benítez junto al padre Rogelio Cruz está en pie de lucha en contra de la no explotación de Loma Miranda, el crimen de lesa humanidad a punto de consumar la Falconbridge con la anuencia y permisividad del Gobierno dominicano.

Benítez anda, y no se cansa de andar, de Boyá a La Vega, de Boyá a Santo Domingo, y en cada expresión de repulsa en contra de la explotación de Loma Miranda él, activo y militante, siempre está en primera línea con ahínco y tesón y, en cambio, recibe como todo revolucionario la ingratitud de la politiquería enquistada en esa claque que arrastra y consume al país y que en este estercolero nacional llaman sistema de partidos políticos, cuando en realidad son una ‘partía’ de vivos y sinvergüenzas que ni siquiera presos pagarían todo el daño, toda la trepaduría posible y todo el oportunismo pandillesco de que son capaces las jaurías para escalar a como dé lugar a los cargos electivos y así enriquecerse descaradamente en nombre de una supuesta militancia política.

Manuel Benítez me vio marchar de Sabana Grande de Boyá con «el alma en una nube y el cuerpo como un lagarto», como bien canta Joan Manuel Serrat la canción Pueblo Blanco, pero él encontró en todos mis hermanos, en toda mi familia, empezando por nuestra madre Olimpia Alcántara, el apoyo y la solidaridad necesarias en un Santo Domingo siempre ha sido escaso de oportunidades para jóvenes que como él emigran de los pueblos a estudiar; y Benítez lo logró, lo logró a fuerza de sacrificio, a fuerza de perseverancia y dedicación a sus estudios y egresó de la Universidad Autonóma de Santo Domingo (UASD) y con su título universitario llevó sus conocimientos por el Sur y por todas partes donde trabajó, vinculándose con la lucha campesina y solidarizándose con los agricultores en cada lugar donde prestó en el hoy Ministerio de Agricultura sus servicios profesionales.

Antes de aspirar a un cargo electivo en un pueblo devastado y cayéndose a pedazos, como es Sabana Grande de Boyá desde que el ex presidente Leonel Fernández eliminó los ingenios azucareros y los regaló a precio vil al sector privado y luego de la enajenación de sus tierras por militares y funcionarios del gobierno peledeísta, Benítez me consulta, como a muchos ha consultado, y nos pide su opinión sobre sus aspiraciones políticas, y yo, que sé quien es él, y todos los que sabemos quién es él, no vacilamos en decirle que se lance, y hoy ese joven que envejece en la lucha por las mejores causas está lanzándose al ruedo político por un cargo de concejal en el municipio que lo vio nacer: Sabana Grande de Boyá.

Si las lacras, si los ladrones, si los que no tienen discurso y no pueden ni siquiera exhibir una mínima moral han asaltado la politocracia nacional, por qué tú, Benítez, que no tienes cola que te pisen, no puede lanzarte y ser el más digno representante de tu pueblo, como sé, y lo sabemos todos quienes te conocemos, que así será.

Este fin de semana estaré contigo en Sabana Grande de Boyá y con lo poco que pueda ayudarte cuenta con mi ayuda, porque en esta lucha entre tantos vivos debemos hacer conciencia para que los valores morales ocupen la dirección política de los pueblos y así construyamos un mejor país, el país que tú aspiras y al que aspiramos todos los que confiamos en ti.

Escrito Por: Tony Pina

Redacción

Agregar comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.