Los dueños de Bares de la Zona Colonial de Santo Domingo advierten que las medidas de austeridad por el coronavirus los tienen al borde de la desaparición. Exponen su drama en un documento que titulan “El momento es ahora”:
«Nosotros, que somos personas trabajadoras, que no estamos demandando al gobierno nacional nada, más allá del simple hecho que se nos permita trabajar para poder sobrevivir dignamente y poder cumplir con las múltiples obligaciones y pagos que tenemos, así como el de mantener una fuente de empleo para los empleados a los que
hasta este momento se lo garantizamos y que también necesitan llevar el pan a sus hogares. Nosotros, que vemos tranquilos y en silencio como se desmorona todo nuestro trabajo, sudor, esfuerzo, capital, energía, sacrificios y hasta salud (porque quien trabaja de noche perjudica su salud al trastocarse su reloj biológico) vemos tranquilos
Cómo se derrumba -por imposiciones estatales basadas más en medidas populistas e irracionales que en hechos estadísticos- todo nuestro esfuerzo levantado con mucho sudor durante meses, años, y en algunos casos hasta décadas. Sabemos muy bien que un hecho histórico universal nos ha impactado a todos y que este año demandaba un sacrificio y una austeridad, pero ese sacrificio y esa austeridad no la puede cargar exclusivamente un sector, cuando vemos que en tantos otros sigue feliz el dispendio y el derroche de recursos. No puede ser que se le pida prácticamente el cierre total a un sector, mientras otros pueden operar libremente. No puede ser que se nos envíe a la quiebra, sin antes reducir salarios y disminuir privilegios.
Nosotros no fuimos beneficiados con las ayudas del gobierno. Tenemos ya 9 meses aguantando estoicamente, obedientes, tranquilos, pacientes, receptivos, acatando cada medida sanitaria, aún en medio de la incertidumbre y sin saber qué ocurrirá con nuestra inversión y con nuestro futuro económico.
Resulta muy fácil ordenarte desde posiciones cimeras del Estado: “No puedes abrir en las horas de la noche” justamente en las horas que la naturaleza de tu negocio vende pero nadie te pregunta: “¿De qué vivirás? ¿De qué comerás tú y tus hijos? ¿Cómo pagarás su colegio? ¿Cómo pagarás los alquileres, facturas de luz,…. Nos obligan ahora a despidos masivos, a reducción drástica de los costos, y si lo permitimos, al cierre total».
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