Si Danilo Medina es presidente de la República se lo debe exclusivamente a Leonel Fernández, porque de lo contrario el presidente fuera Hipólito Mejía a quien le robaron impunemente las elecciones después de invertir miles de millones de pesos que generaron un déficit fiscal de 200 mil millones de pesos que el pueblo ha tenido que pagar con más impuestos, aumento del costo de la vida y el crecimiento de la deuda externa, que ahora sí, es eterna.
Danilo puede odiar a muerte a Leonel, pero tiene que agradecerle infinitamente el haber logrado su sueño de alcanzar la presidencia de la República. Y amor, con amor se paga.
Que un presidente de la República acuda a la casa de un hombre cuyo entorno más cercano está siendo investigado por el Ministerio Público, que se supone independiente, por corrupción, lavado de activos y tráfico de influencias al amparo de lo que establece la Constitución y las leyes, como en los casos de Félix Bautista y Víctor Díaz Rúa, entre otros, es un acto, no de solidaridad, sino de complicidad imperdonable.
Que un presidente de la República acuda donde un ex mandatario señalado por un ex narcotraficante como su amigo y su socio junto a sus colaboradores más íntimos, reclamándole el pago de 200 millones de pesos, no es un gesto de amistad, sino de encubrimiento, de complicidad y de respaldo inverosímil que habla de un país sin instituciones ni respeto por las leyes. ¡Qué vergüenza!
Euclides Gutiérrez Feliz, incluyendo miembro del Comité Político de esa corporación económica que se llama PLD, ha declarado que las acusaciones de Quirino Ernesto Paulino Castillo en contra de Leonel forman parte de un plan de los Estados Unidos para unificar la República Dominicana con Haití, lo cual es un disparate mayúsculo porque una cosa no tiene nada que ver con la otra, pero no hay dudas de que los Estados Unidos están detrás de Leonel después de haber investigado el cártel que dirigía Quirino.
No es Hipólito, ni Danilo los que acusan a Leonel de complicidad con el narcotráfico, es Estados Unidos, no sólo por lo que ha dicho Quirino, sino por Solano, también deportado, por Arturo del Tiempo, también deportado, por Toño Leña, también deportado, por los dominicanos en Suiza presos por narcotráfico, etc.
Y lo que el gobierno dominicano ha debido, sabiendo lo que hay, es ordenar una minuciosa investigación junto con la DEA o departamento de lucha contra las drogas de Estados Unidos para determinar responsabilidades. No es ir donde el imputado a darle un abrazo y decirle cuando lo quiere, lo ama, lo apoya y lo respalda para que ningún fiscal, ningún juez actúe según mandan las leyes.
El punto es, como he señalado en otras ocasiones, que Leonel lo primero que corrompió desde el poder, fue su propio partido, incluyendo a sus principales dirigentes a los que hizo millonarios. Casi a todos, para no exagerar ni generalizar, los hizo “gente”, les dio un status económico, político y social. Casi todos tienen que agradecerles lo que tienen y lo que son hoy. Por esas razones salen en su defensa a rajatablas.
Y los entiendo, claro que los entiendo. Tal vez usted que lee estas líneas haría lo mismo. Porque en verdad, amor con amor se paga.
Eso, y no otra cosa, es lo que ha hecho, triste y lamentablemente, despojándose de su investidura y de su responsabilidad como jefe de Estado, Danilo Medina.
Ahora entiendo lo que suele decir mi amigo Félix Morel, “el que debe, paga o se arrodilla”.
¡Qué pena!
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