Dos manifestantes murieron y el estallido de una bomba hirió a dos policías este domingo en Egipto

Al menos 15 personas mueren en violento aniversario de revueltas de Egipto

El Cairo.- Al menos 15 personas murieron el domingo en Egipto luego de disturbios y protestas durante un nuevo aniversario de la revuelta del 2011 que derrocó al líder autócrata Hosni Mubarak, dijeron fuentes de seguridad.

Las muestras de descontento entre las personas marcaron el inicio del aniversario de la revuelta contra Mubarak.

En la jornada más sangrienta que tiene lugar desde que Abdel Fatah al-Sisi fue elegido presidente en junio pasado, las fuerzas de seguridad y policías de civil dispararon contra los manifestantes, dijeron los testigos.

Tras el anochecer, se podían oír sirenas y disparos en el centro de El Cairo con vehículos blindados recorriendo el centro de la ciudad. Los manifestantes le prendieron fuego a un edificio del Gobierno cerca de las Pirámides, según medios estatales.

En 2014, murieron decenas de personas durante los disturbios del aniversario de la revolución. (Full Story)

Y nuevamente este año, las fuerzas de seguridad cerraron zonas en la capital y en otras ciudades.

La cifra más alta de muertos se vio en el suburbio de Matariya, bastión de los Hermanos Musulmanes en la capital. En los enfrentamientos entre fuerzas de seguridad y los manifestantes murieron ocho personas, incluyendo un policía, según la administración de Salud.

La policía antidisturbios, con la ayuda de soldados, cerró los caminos, incluyendo las rutas de ingreso a la plaza Tahrir, corazón simbólico de las protestas de 2011.

En protestas separadas, murieron seis personas en Alejandría, la segunda mayor ciudad de Egipto, según fuentes e seguridad.

Las fuerzas de seguridad han estado reprimiendo a los disidentes desde que el Ejército sacó del poder al presidente electo Mohamed Mursi de los Hermanos Musulmanes en julio del 2013, luego de multitudinarias protestas contra su gestión.

DESEANDO ESTABILIDAD

En un discurso televisado el sábado, Sisi elogió el deseo de cambio que mostraron los egipcios en 2011, pero advirtió que se requería paciencia para lograr todas «las metas de la revolución».

La mano dura del Gobierno de Sisi ha neutralizado a los Hermanos Musulmanes pero no ha podido acabar con la insurgencia islamista en la Península del Sinaí, cerca de la frontera con Israel.

Militantes islamistas con base en la zona han matado a cientos de policías y soldados desde la expulsión de Mursi, y han prometido apoyar al Estado Islámico, el grupo insurgente que ha capturado zonas de Irak y Siria.

Tras cuatro años de caos político y económico, muchos egipcios han pasado por alto las acusaciones de abusos a los derechos humanos y alaban a Sisi por restablecer las medidas de estabilidad.

Sisi, jefe militar de inteligencia en el Gobierno de Mubarak, ha tomado medidas para recuperar a la economía, como la reducción de los subsidios a los combustibles.

Sin embargo, sus detractores lo acusan de reinstaurar el autoritarismo y de anular las libertades ganadas con el levantamiento que puso fin a tres décadas del Gobierno de Mubarak.

Redacción

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