TRES BRAZOS CON MANOTAS

A una mano peluda se le permitió silenciosamente robarse lo “Tres brazos” para hacer un negociazo: 76 millones de pesos vendibles en 2,500 millones de pesos. Y se dice que ella pertenece a un inescrupuloso convertidor de la política en negocios ilícitos de altísima rentabilidad.

Una manota presidencial con pelos morados había comprado previamente su blanco partido convertido en propiedad privada. Igual la manota que lo sucedió se lo recompró a sobre precio.

La mano peluda que asaltó los tres brazos es la misma que resultó favorecida con esas compras oficiales superpuestas, préstamos multimillonarios que no se pagan y múltiples negocios turbios a costa de recursos del Estado.

Esa no es la única compra y recompra de ese tipo ejecutada desde este poder dictatorial amoratado con disfraz de democracia, sino que abundan las operaciones mafiosas desde la política, para la política, a beneficio personal de sus personeros y en pro de la perpetuación de clanes corrompidos y corruptores.

Los “Tres brazos”, con una parte del pueblo en su seno, es solo una víctima más de una de las variadas manos peludas subordinadas a las manotas moradas que disfrutan de un gran poder de compra con dinero y bienes que deben ser de la sociedad. Agreguen en ese paquete “blanquimorado” el planeado atraco a “los cuartos” de una Liga Municipal que no debería existir.

Pero hay otras manos peludas de diversos colores, todas con ojos de gato. Ahora mismo las hay coloradas negociando la recompra sobre-valuada de la ya destartalada matrícula balagueriana, que a su vez había sido comprada previamente tres veces: primero sucesivamente por dos generosas manotas presidenciales del poder morado y luego por el cogollo del PRM; sin estar claro todavía el por qué el Guapo de Gurabo “danilea” tanto y por qué el PRM y el frente supuestamente opositor son tan complacientes con una dictadura que solo puede ser superada con poder callejero o democracia de calle.

Empresarios metidos a políticos y políticos a empresarios multiplicando fortunas, periodistas-policías tapando crímenes uniformados, medios y programeros recibiendo millones para hablar mentiras y silenciar verdades, bandoleros metidos a legisladores, generales comandado o protegiendo bandas de atracadores… asaltadores todos del erario nacional y de las riquezas del país -junto a un neoliberalismo empobrecedor- es el legado de una partidocracia perversa, un capitalismo voraz y un régimen abusador que han metido a esta sociedad en el camino de una imprescindible y atípica insubordinación.

18-12-2016, Santo Domingo, RD.