No podemos permitir que las fallas del sistema de salud dominicano sean consideradas como algo normal, eso sería sentar un precedente muy nefasto.
No tenemos ningún ánimo de venganza, eso no solucionará nada. Mi padre nos enseñó a actuar por amor en lugar de actuar por odio. Nada de lo que hagamos lo va a volver a la vida, pero sí podemos evitar que otras tantas vidas se sigan perdiendo ante la indolencia, la inoperancia y la complicidad de un sistema de salud despiadado.
Si Claudio Caamaño Grullón hubiese recibido las atenciones oportunas y de calidad que él y cualquier persona merecía, no hay duda de que estaría hoy vivo. Para algunos es más «cómodo» justificar los males, pero otros preferimos el difícil pero satisfactorio camino de buscar soluciones y construir mejorías.
El sistema de salud dominicano no sirve, el que diga lo contrario, o peca de estar equivocado o es un mercenario.
Nuestro compromiso no es con las clínicas, ni con los médicos, ni con el gobierno, ni con las ARS, nuestro compromiso es con el pueblo dominicano, ese a quien Claudio Caamaño Grullón dedicó su vida.
Nuestra familia está definiendo los pasos a dar, en los próximos días anunciaremos las acciones concretas que llevaremos a cabo. Esto no es por el dolor de una familia, es por el derecho a la salud de todo un pueblo.
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