Mis estimados y distinguidos amigos, llevamos cerca de aproximadamente tres meses abordando el tema del Desarrollo Sostenible, y ahora se hace de rigor que planteemos los conceptos, criterios y principios, que han sido acordados por los países del mundo, a través de sus asambleas, con respecto a este importantísimo tema de actualidad.
Además numerosas personas, especialmente estudiantes, se nos han acercado y nos han solicitado que les gustaría que ampliemos, con más profundidad, el concepto de Desarrollo Sostenible, para ellos conformar sus argumentaciones cognitivas sobre él.
Lo primero que señalaremos es la contradicción y el gran error, en muchas personas, de creer que el crecimiento económico es lo mismo que desarrollo. Debo señalar que esa concepción fue acuñada después de concluir la Segunda Guerra Mundial. Los estados definieron la necesidad de lograr el crecimiento económico impulsando los niveles de producción y las ganancias y se creyó que eso de por sí desataría un desarrollo económico y social importante en los países. Al cabo de varias décadas, el fracaso del modelo, fue inevitable.
Se logró aumentar la producción y las ganancias, pero al unísono con esa situación, se aumentaron los índices de pobreza, del hambre y la exclusión de sectores sociales; la depredación de la naturaleza y devino el cambio climático; de esta forma se vio que el “modelo de desarrollo” acordado, creaba la mayor miseria, nunca antes vista, en tiempos de paz. Esa fue la dura y cruda realidad desde los años 50 hasta los 80.
Las consecuencias que se derivan del modelo del crecimiento económico, visto como desarrollo, son catastróficas. En primer lugar, el crecimiento económico no provoca la cohesión social en los pueblos intervenidos con este “modo de desarrollo”; en segundo lugar, el crecimiento económico genera agresiones medioambientales, que en la mayoría de los casos, son irreversibles. En tercer lugar, provoca el agotamiento de los recursos que no estarán a disposición de las futuras generaciones.
En cuarto lugar, el crecimiento económico, facilita la conformación y asentamiento del “modo de vida esclavo”, que les hace creer a las personas que deben agotar sus vidas en búsqueda de una felicidad que viene de la insaciable obtención del dinero y de la acumulación de muchos bienes materiales, tras los cuales se pueden hacer todos los actos de inmoralidad y de genuflexión, sin reparar en las consecuencias.
Como la acumulación y la búsqueda del dinero es la principal prioridad del crecimiento económico, las graves fluctuaciones económicas y las crisis cíclicas mundiales se presentan como un efecto consustancial a este modelo de crecimiento. Eso hace recular hacia la indigencia y la arrabalización a millones de seres humanos a cada rato.
Para sostener este inmoral esquema de “desarrollo” en los tiempos actuales, el propio modelo ha creado tres reglas de juego. A saber, primero, se requiere gastar mucho en publicidad y prensa para vender “las bondades” del modelo, de ahí que muchos medios, periodistas y comunicadores se matan por entrar en la garata con puño del boato. Segundo, se propugna por el crédito para cosas que no son productivas. Si usted quiere un préstamo para hacer parir la tierra, se las ponen en China o en Oceanía, pero los mismos bancos le hacen ferias para que adquiera una yipeta, hasta sin inicial. Tercero, se fabrican supuestos productos y equipos duraderos, pero que al poco tiempo hay que comprar otros porque los primeros, ya no sirven.
En otras palabras, muchos de los que hablan de desarrollo hoy, en realidad lo que hacen es defender y pretenden sostener un modelo criminal y fracasado, que fuera único desde los años cincuenta hasta los ochenta. Insisten en promover una acción reduccionista del verdadero desarrollo. Es decir, están más atrasados que “Rufinito”, pero dicen que eso es moderno, que esa es la ruta de hoy. Jajajajaja. !Ay mi madre, cuánta pobreza moral e indigencia ética!
Por esas razones, se siguen aumentando los índices de pobreza, la exclusión y la miseria en muchos países y fue esta realidad axiomática y cruel, la que llevó al Papa Francisco a presentar al mundo y en especial, a los que siguen ahondando la miseria de millones de seres humanos (gobiernos corruptos, empresarios deshumanizados y al gran capital), su Encíclica “Laudato Si”.
Pregunta clave: ¿Por qué si la economía crece, se aumenta y se mantiene la pobreza?
Continuaremos con el tema en una próxima entrega,
Por el Desarrollo Sostenible
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