¿Por qué crece el PIB?

Uno de los retos de la política pública es lograr que sea positivo el aporte neto al crecimiento del sector externo (exportaciones menos importaciones), que deje de ser restricción, pero eso será en el largo plazo. Porque otra es la realidad que se vive en el corto plazo, es negativo, siempre es así, solo por coyuntura externa favorable, que se presenta de tiempo en tiempo, la contribución negativa no empeora.

Como sucedió en el primer trimestre del 2015, por la caída del petróleo, aunque aumentó el consumo, se mantuvo sin cambio la contribución neta negativa del sector externo al crecimiento, porque el déficit de la balanza comercial de US$1600 millones del primer trimestre del 2015 fue similar al del primer trimestre del 2014.

El aumento de la tasa de crecimiento del PIB se debió a la mayor demanda interna, explicada por la política monetaria de reducir los intereses. Entonces no puede ser de otra manera, existe correlación positiva entre crecimiento del PIB y las ventas reportadas (sin retrasos) por las empresas a la DGII, pero también con el consumo de combustibles. Cuando por un tiempo relativamente prolongado se paga menos por el crudo importado, su consumo aumenta y la economía se dinamiza, es lo que se lee en las estadísticas. El precio promedio pagado por el combustible importado se redujo en 12.56%, el consumo de combustible aumentó 2.21% y el PIB creció 4.33%, periodo 2011-2014. La causalidad se ratificó en el trimestre enero-marzo 2015, el crudo se redujo 50.11% (US$103.70 enero-marzo 2014 a US$51.74 enero-marzo 2015), aumentó 19.3% el consumo de combustibles y el PIB creció 6.5%

Es buena la noticia de la OPEP, en Viena y la semana pasada decidió mantener los precios deprimidos por lo menos hasta final de año, cuando se reunirá nuevamente para reevaluar la estrategia. Su prioridad es defender la cuota de 30 millones de barriles diarios que tiene en el mercado mundial, en lugar de buscar precios más altos, política que conviene al crecimiento del PIB y a la estabilidad de precios en el corto plazo, por el peso de la factura petrolera, representa 25% del valor total de las importaciones.

Como el crudo se proyecta sin aumento, por lo menos hasta diciembre, el PIB debe crecer impulsado por la demanda interna, sin empeoramiento del balance negativo del sector externo. Es decir, como en el primer trimestre.

Para mejorar la capacidad de compra del consumidor de combustibles en el corto plazo, es necesario corregir lo siguiente. Si el barril WTI (el que usamos como referencia) costaba US$115 en junio de 2014 y US$60 la semana pasada, se redujo 48%, por qué el galón de gasolina regular disminuyó menos de la mitad, solo 21.47%, de US$5.87 (RD$255.40) a US$4.61 (RD$207). Implica revisar los motivos por los que no paga un poco más de US$3 (RD$137) en lugar de US$4.61.

Y para que cambie de signo el aporte neto del sector externo al crecimiento, debe aumentarse el volumen de bienes exportados diferentes a los de zonas francas, oro, plata y metales, a una tasa que supere la del comercio mundial y/o regional. Una tarea de largo plazo que se debe comenzar.

Las organizaciones y personas que han logrado desarrollar un pensamiento largoplacista, saben dónde quieren llegar, hacia dónde no dirigirse, en qué quieren convertirse, qué quieren ser, cuáles son sus aspiraciones, cómo quieren ser recordadas por sus audiencias y cuál es la  imagen futura que quieren proyectar. La imagen futura es una visión de largo plazo, que se construye día a día manteniendo coherencia y consistencia entre el pensamiento, el discurso y la práctica.

La imagen futura, al igual que la del presente, puede ser positiva o negativa, todo dependerá de la cantidad y calidad de estrategias que se diseñen e implementen para concretizar la visión que se ha definido y asumido. Las organizaciones y personas que entienden el valor de la imagen futura, nunca ponen en juego su reputación, su credibilidad y buena fama por oportunidades coyunturales, que solo sirven para fabricar imagen pública mediática. En pocas palabras, construir una imagensólida de futuro, implica transitar siempre por buenos caminos, sin importar las circunstancias y coyunturas favorables que se presenten.

ARTURO MARTÍNEZ MOYA

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