Organizaciones, redes y movimientos de todo el continente se dirigieron a los gobiernos que asisten a la VIII Cumbre de las Américas que actualmente se celebra en Lima, Perú, para exigirles que detengan todas las actividades que contribuyen al aumento de la temperatura del planeta.
En una declaración pública, suscrita por más de 40 entidades de los países de América Latina y el Caribe, demandan que estos gobiernos abandonen el doble discurso ante los efectos del cambio climático, que mientras por un lado suscriben los acuerdos internacionales, por el otro, incrementan el uso del carbón y demás fósiles, amplían las extracciones petroleras y de gas, la minería y construyen grandes infraestructuras como carreteras e hidroeléctricas en zonas vírgenes.
Acusan a muchos de estos gobiernos de criminalizar y perseguir a defensores ambientales para promover proyectos de combustibles fósiles, gas, fracking, carbón, minería y de infraestructura. “Esa situación constituye una dolorosa evidencia de la imposición del gran capital frente a los derechos colectivos y territoriales de los pueblos”.
Indicaron que América Latina y el Caribe es la zona más vulnerable del planeta a los efectos del cambio climático, y donde el año pasado han ocurrido grandes catástrofes con millones de damnificados, numerosas pérdidas de vida y de infraestructuras de todo tipo.
Advirtieron que de continuar la actual tendencia con registro cada año con temperaturas record, siendo el año pasado 2017 uno de los más calurosos registrados en la historia del planeta, “las condiciones climáticas serán cada vez más extremas, impactando de manera irreversible en la vida del planeta (ecosistema, biodiversidad) y poniendo en riesgo a la humanidad”.
Las organizaciones, redes y movimientos firmantes emplazaron a los gobiernos a que cumplan sin más demoras ni más excusas, el Acuerdo de París y aumenten el nivel de su ambición de las medidas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en sus respectivos países.
Proponen como meta que para el año 2020 esté regulado el crecimiento de los combustibles fósiles y se impulsen políticas para una transición energética hacia energías renovables que incrementen la descarbonización de las economía de los países latinoamericanos y del caribe, con el fin de que se alcance en el 2025 el cero uso de los fósiles: carbón, petróleo y gas natural.
Urgieron a los gobernantes a propiciar en cada país espacios de diálogo con la sociedad civil para el seguimiento y el monitoreo de las Contribuciones Nacionales Determinadas y del Acuerdo de París.
Igualmente demandaron que se respete la realización de consultas previas, libres e informadas a los pueblos indígenas y originarios antes de iniciarse proyectos extractivos y de infraestructuras en sus territorios.
A la misma vez, que reclamaron más recursos de los gobiernos y de las entidades internacionales para la adaptación al cambio climático y enfrentar los desastres de huracanes, elevación del nivel del mar, inundaciones y de la prolongada sequía, propusieron que se implementen y mejoren los mecanismos de rendición de cuentas y transparencia.
Entre las entidades que suscriben la declaración bajo el título Ante el Negacionismo Climático ¡Es hora de actuar! Voces de los pueblos de América ante el Cambio Climático, están de República Dominicana, el Comité Nacional de Lucha Contra el Cambio Climático (Cnlcc), el Instituto de Abogados para la Protección del Medio Ambiente (Insaproma), Justicia Climática, Fundación Ecológica Macorís Verde, la Sociedad Ecológica de Nizao, el Comité Por la Defensa de la Salud, el Medio Ambiente y la Producción Agropecuaria de la Provincia Peravia y la Fundación Maguey.
También firman la declaración el Movimiento Ciudadano frente al Cambio Climático (Mocicc) de Perú, el Movimiento Climático 350.0rg América Latina, el Movimiento Católico Mundial por el Clima, la Coalición Latinoamericana contra el Fracking por el Agua, Clima y Agricultura Sostenible y numerosas organizaciones de cada uno de los países del continente.
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